Después de analizar la repercusión mediática generada por la decisión que toma el Gobierno francés de expulsar de su territorio de manera masiva a la población gitana procedente de Rumania, y por extensión, el uso que el Partido Popular hace de ello, quiero hacer constar alguna apreciación.
Es cierto que el presidente Sarkozy, consigue que la mayoría de los gobiernos de Europa y sus presidentes no reprueben la decisión que toma. Más concretamente, entiendo que el presidente Zapatero, ha debido sentirse obligado a mantener su postura solidaria con la mayoría, debido a la buena relación que se tiene con Francia en lo referente a la lucha antiterrorista y también a la afable sintonía económica con el grupo de los G-20. El Gobierno de Francia ayuda al de España para que forme parte del grupo. Pero ello, no invalida la obligada explicación.
Ahora bien, este hecho y sus consecuencias si se salda y cierra sin más, de esta manera, la humanidad está cometiendo un gran error.
Centrándonos en la Unión Europea, la aceptación de esta forma de proceder se posiciona en total contradicción con la unidad política, económica y falta la social.
Desde enero de 2007, Rumania y su ciudadanos/as forman parte de pleno de derecho de UE, aunque todavía los estados miembros se reserven la autorización de la libre circulación de personas.
Advertía del peligro de practicar la fácil política represora y no acometer seriamente una política social conjunta que ayude a la integración de esta población. Igualmente, el colectivo inmigrante con dificultades económicas debe ser asesorado y protegido para impedir que se creen barrios marginales.
Este tipo de problemática es muy serio y pretender sacar rentabilidades políticas inmediatas es caminar en el filo de la navaja; al menor error de cálculo te estalla un conflicto de incalculables consecuencias.
Por ello, cuando la noticia del suceso de Francia se instrumentaliza en los pueblos de España y hay un partido político que hace bandera de ello, tenemos que advertir urgentemente ¡que nunca debemos hacer tal cosa!
Analizar el contenido de la siguiente noticia: A veces, una visita de políticos y periodistas a una ciudad equivale a arrojar una cerilla encendida sobre un charco de gasolina: el fuego llama la atención y puede atraer a algún votante.
Es cierto que el presidente Sarkozy, consigue que la mayoría de los gobiernos de Europa y sus presidentes no reprueben la decisión que toma. Más concretamente, entiendo que el presidente Zapatero, ha debido sentirse obligado a mantener su postura solidaria con la mayoría, debido a la buena relación que se tiene con Francia en lo referente a la lucha antiterrorista y también a la afable sintonía económica con el grupo de los G-20. El Gobierno de Francia ayuda al de España para que forme parte del grupo. Pero ello, no invalida la obligada explicación.
Ahora bien, este hecho y sus consecuencias si se salda y cierra sin más, de esta manera, la humanidad está cometiendo un gran error.
Centrándonos en la Unión Europea, la aceptación de esta forma de proceder se posiciona en total contradicción con la unidad política, económica y falta la social.
Desde enero de 2007, Rumania y su ciudadanos/as forman parte de pleno de derecho de UE, aunque todavía los estados miembros se reserven la autorización de la libre circulación de personas.
Advertía del peligro de practicar la fácil política represora y no acometer seriamente una política social conjunta que ayude a la integración de esta población. Igualmente, el colectivo inmigrante con dificultades económicas debe ser asesorado y protegido para impedir que se creen barrios marginales.
Este tipo de problemática es muy serio y pretender sacar rentabilidades políticas inmediatas es caminar en el filo de la navaja; al menor error de cálculo te estalla un conflicto de incalculables consecuencias.
Por ello, cuando la noticia del suceso de Francia se instrumentaliza en los pueblos de España y hay un partido político que hace bandera de ello, tenemos que advertir urgentemente ¡que nunca debemos hacer tal cosa!
Analizar el contenido de la siguiente noticia: A veces, una visita de políticos y periodistas a una ciudad equivale a arrojar una cerilla encendida sobre un charco de gasolina: el fuego llama la atención y puede atraer a algún votante.