Perder el norte o dirección, desorientarse. Desorientados
nos sentimos los militantes y simpatizantes socialistas madrileños ante los
acontecimientos que se han producido con la dirección socialista del PSM-PSOE.
Antes de expresar públicamente lo que pienso acerca del
fulminante cese del secretario general Tomás Gómez, la Comisión ejecutiva y Comité regional madrileños, era obligado leer toda la información posible para tratar
de averiguar cuáles han podido ser las causas que han llevado a Pedro Sánchez,
secretario general del PSOE a tomar esta decisión tan severa, ahora, en vísperas
de unas elecciones municipales y autonómicas.
Es importante reconocer que en el caso de Sánchez, la fuerza
de la elección se la dan los militantes en unas elecciones internas. Cómo se
produce el triunfo final, los apoyos recibidos y mensajes en clave interna que
se generaron, aquellos que los propiciaron saben mejor que nadie como lo
hicieron.
Igual que las componendas, pactos y acuerdos que se han
practicado en los congresos para llevar a cabo la elección de la dirección
resultante. Por tanto, cuando se quiere eliminar esa vieja práctica surgen los
rescoldos de los viejos vicios que impiden poder ejecutarlos.
La historia de la `mesa camilla´ en el PSM antes FSM, es
bien conocida. Y, producto de esos acuerdos se confeccionan listas con personas
cuyo interés es bien distinto del que debe llevar a cualquiera persona, que
entra en política, a prestar un servicio en favor de la ciudadanía. La falta de
visión o imposibilidad de ejercer su autoridad lleva a Rafael Simancas, en las
elecciones de 2007 a integrar en la lista a la Comunidad de Madrid, a dos
personas indeseables que le traicionan y lo dejan plantado el día de la elección
a la presidencia de la Comunidad.
Consecuencia de todo ese escándalo, viene una sucesiva
toma de decisiones poco acertadas después de apreciar que el Partido Popular
gana por mayoría absoluta. A continuación Simancas deja la dirección del PSM,
voluntario u obligado, y entra en escena el alcalde más votado, Tomás Gómez.
Los datos nos dicen que en la era Simancas, el Partido
Socialista de Madrid, tenía 30.000 afiliados, pero el escándalo del `tamayazo´ ya
genera la sangría de perdida de afiliados que Tomás Gómez, no es capaz de
frenar. Hoy quedan 15.000 al corriente de pago.
Otro debe en la gestión de Gómez, es la pérdida paulatina
de votos del PSOE de la Comunidad de Madrid en las sucesivas consultas electorales,
nacionales, autonómicas y europeas. A pesar de ello, cuando se sometía a
procesos de elección interna, obtenía la confianza mayoritaria de los
militantes madrileños. De lo cual, se puede deducir que igual que Pedro Sánchez
se siente respaldado por la elección de los militantes, Tomás Gómez, toma la
misma posición para hacer valer su permanencia al frente del PSM.
En el debe, también hay que sumar, con campaña orquestada
por la derecha o con fundamento jurídico, `el caso tranvía de Parla´. Esto, es
lo que nadie sabe si la dirección nacional del PSOE, conoce algo más de lo que
las bases hasta ahora, estamos al tanto de lo sucedido.
Decía al principio que ha sido necesario documentarme
antes de narrar y decir que si Tomás Gómez y su equipo demostraban el 24 de mayo
que no son capaces de aglutinar buenos resultados electorales, había llegado el
momento de indicarle que tenían que dejar la dirección del partido en Madrid. La
decisión que se ha tomado ahora, nadie puede pronosticar las consecuencias que
puede tener para el PSOE en ayuntamientos y comunidades autónomas.
Una de las más inmediatas ha sido la reactivación y
organización de militantes opositores a Gómez, que quieren hacer leña del árbol
caído y `sus ramas´. En concreto, en la ciudad de Getafe, el veterano exregidor ya
convoca para tratar lo que puede venir a continuación de la Comisión gestora.
Mucho me temo que de nuevo entramos otra vez más, en los
acuerdos y repartos que nos han traído a este momento. Y, me atrevo a decir, que
la pérdida de afiliados seguirá. Para conocer detalles de la historia y su por
qué, recomiendo la lectura: