El Partido Popular, empieza a recoger la cosecha de la semilla sembrada durante su labor opositora. La soledad parlamentaria que se ha granjeado, la sustituyó por la manifestación en la calle y los recursos en los tribunales de Justicia.
Ahora, se empiezan a conocer sentencias que no les puede dejar impasibles. Ellos, les restan importancia, pero la realidad es devastadora.
El escándalo en la Comunidad Madrid, donde la Audiencia Provincial, obliga a la consejería de Salud, a que se limpie el nombre de los médicos del Hospital Severo Ochoa, está teniendo una repercusión en toda España, que deja a la presidenta Esperanza Aguirre, descolocada, con salidas irónicas que ponen al descubierto la soberbia natural con la que gobierna.
Este caso, no estará cerrado hasta que no pidan disculpas a los afectados y el Partido Popular de Madrid, reconozca que todo fue una trama urdida para desprestigiar el servicio de ayuda humanitaria que se estaba prestando.
El aislamiento parlamentario que se propician ante la Ley de Igualdad, les anima a recurrir esta Ley, ante el Tribunal Constitucional, con el deseo de ganar en los tribunales, lo que no son capaces de hacer en el Congreso de los diputados.
La sentencia del alto tribunal, no ha podido ser más clara y contundente: de 12 magistrados, 10 han reconocido la legalidad del contenido de la Ley.
Y esto, no ha terminado. Igualmente, tienen recurrido el Estatuto catalán y la Ley de matrimonios entre personas del mismo sexo.
Por pura lógica, se deduce que si el articulado contemplado en el Estatuto de Cataluña, se percibe en otros estatutos que no han sido recurridos y por lo tanto considerados legales, el pronunciamiento del Tribunal se ajustará al derecho de igualdad.
La ley de matrimonios entre homosexuales, no viene más que a regular una realidad social existente y por lo tanto, la coherencia se deberá imponer.
Pues bien. Pensemos el estilo de gobierno que se puede instaurar en España, después del 9 de marzo, si no participamos activamente en las urnas.
Ahora, se empiezan a conocer sentencias que no les puede dejar impasibles. Ellos, les restan importancia, pero la realidad es devastadora.
El escándalo en la Comunidad Madrid, donde la Audiencia Provincial, obliga a la consejería de Salud, a que se limpie el nombre de los médicos del Hospital Severo Ochoa, está teniendo una repercusión en toda España, que deja a la presidenta Esperanza Aguirre, descolocada, con salidas irónicas que ponen al descubierto la soberbia natural con la que gobierna.
Este caso, no estará cerrado hasta que no pidan disculpas a los afectados y el Partido Popular de Madrid, reconozca que todo fue una trama urdida para desprestigiar el servicio de ayuda humanitaria que se estaba prestando.
El aislamiento parlamentario que se propician ante la Ley de Igualdad, les anima a recurrir esta Ley, ante el Tribunal Constitucional, con el deseo de ganar en los tribunales, lo que no son capaces de hacer en el Congreso de los diputados.
La sentencia del alto tribunal, no ha podido ser más clara y contundente: de 12 magistrados, 10 han reconocido la legalidad del contenido de la Ley.
Y esto, no ha terminado. Igualmente, tienen recurrido el Estatuto catalán y la Ley de matrimonios entre personas del mismo sexo.
Por pura lógica, se deduce que si el articulado contemplado en el Estatuto de Cataluña, se percibe en otros estatutos que no han sido recurridos y por lo tanto considerados legales, el pronunciamiento del Tribunal se ajustará al derecho de igualdad.
La ley de matrimonios entre homosexuales, no viene más que a regular una realidad social existente y por lo tanto, la coherencia se deberá imponer.
Pues bien. Pensemos el estilo de gobierno que se puede instaurar en España, después del 9 de marzo, si no participamos activamente en las urnas.