Después de la primera ronda de encuentros que ha tenido
lugar con los portavoces de los grupos políticos, todavía falta la reunión con
el PP, ya han surgido los primeros desencuentros y condicionantes.
El paso del tiempo nos dirá si las desavenencias se mantienen
o por el contrario, la cintura política de Pedro Sánchez, consigue suavizar las
posiciones hoy marcadas.
No obstante, a pesar del punto de salida condicionado de
Podemos a sólo participar en la negociación si el PSOE, deja de hablar con
Ciudadanos, obliga a Sánchez a ser rotundo y no aceptar los términos
planteados.
Con los números sobre la mesa producto del resultado
electoral, simplemente, no se puede plantear la simpleza de que, o el PSOE
gobierna con la derecha o con la izquierda. Este planteamiento estricto, sin
analizar los contenidos de los programas donde se vislumbren puntos de
encuentro, llanamente es plantear de salida una condición limitadora.
Los equipos negociadores están obligados a desgranar
ideas y encontrar contenidos con el objetivo de conseguir: "un cambio de gobierno y la erradicación de las políticas
aplicadas por Partido Popular".
Sobre esta premisa, se pueden y se deben encontrar
fórmulas que lleven a cabo el cambio que la sociedad española expresó el 20D de 2015.
El protagonismo que los votos dieron a los cuatro grupos
que tienen la responsabilidad de formar gobierno, obliga a encontrar la manera
de converger en los espacios negociadores para poder situar los puntos que
puedan configurar un nuevo gobierno como la primera prioridad de los grupos
políticos.
La capacidad del PSOE y de Pedro Sánchez para alcanzar
alguna de las formulas anunciadas a continuación, hará que evite la repetición
de nuevas elecciones.