07/09/2015

La reforma electoral pendiente

Mucho se ha dicho y escrito sobre la necesidad de reformar la ley electoral. Sabemos que la ley española fue producto del consenso de la transición democrática para que todas las opciones nacionalistas tuvieran presencia en el Parlamento español.

Han pasado los años, el panorama político ha cambiado y por tanto, es necesario sentarse para analizar cómo es más justo que los partidos políticos en base a los votos recibidos puedan obtener una u otra representación.
Aunque el debate a momentos sube en intensidad, por varias razones no alcanza la plenitud de la reforma necesaria.

Así, llegamos al día de hoy, nos enfrentamos a las inminentes elecciones catalanas y de nuevo se aplica para el reparto de escaños la tradicional ley vigente.
Pero, dentro de la inmediata campaña electoral que comienza el día 11, y dado que, estas elecciones catalanas son atípicas por el concepto que le atribuyen algunos partidos con amplia representación, estoy seguro que entrará en el debate, el análisis de los resultados electorales y la aplicación en el reparto de los mismos.

Con la intención de iniciar un proceso secesionista vemos la formación de coaliciones que hasta hoy, considerábamos antinatura. Nunca antes los programas políticos de CDC y ER habían sido almas gemelas que les hiciera ir juntos en una misma lista electoral.
Lamentablemente, de ser los ganadores y obtener la responsabilidad de formar Gobierno, nos encontramos con una gran incógnita a la hora de aplicar políticas cuyo resultado final sea el beneficio de la ciudadanía en todos los conceptos sociales y económicos.

Ahora bien, para llegar a definir quiénes son los ganadores de las elecciones, es necesario aclarar que criterio se aplica. Y, esto es así, debido a la polarización a la que, el actual Gobierno ha querido llevar a la sociedad catalana.
Llegados a este punto, y aunque la democracia parlamentaria permite la formación de Gobierno sumando actas de diputados, no menos cierto es la consideración de apreciar como ganadores de los comicios la suma de votos recibidos en su totalidad por todas la formaciones políticas.

Por todo ello, es necesaria una participación electoral muy activa. La urnas deben informar sin lugar a confusión si la sociedad catalana está por la ruptura con el resto de España o por el contrario quiere avanzar en las reformas necesarias que solucionen los problemas que actualmente padecen, formando parte del Estado español. Las elecciones del 27-S no son unas elecciones más que determinan la formación de un Gobierno para los próximos años.

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