Cuando estamos esperando el resultado de las elecciones
catalanas y con independencia del resultado final, una cosa es segura: con
nuestro voto se pueden cambiar las cosas.
A esta conclusión y referido a otra materia de vital
importancia como es la Educación, llega después de un exhaustivo análisis, el
Inspector de Educación y Licenciado en Filosofía y Letras entre otras
experiencias, Pedro Uruñuela.
La Fundación César Navarro cuyos fines se dirigen a
promover la cultura y la sensibilidad ciudadana en todas sus formas dentro de
un marco de convivencia democrática, realiza
un ciclo de conferencias en la ciudad de Getafe, cuyos invitados partiendo de
una óptica progresista, nos ofrecen su visión de los temas que se vienen
tratando.
En este caso, el pasado día 24, partiendo de la
pregunta: Educar ¿Para qué? El ponente desarrolla el contenido de la ley
educativa LOMCE, para valorar si la mencionada ley puede servir para hacer
ciudadanos libres, iguales, autónomos, maduros y humanos. Todo ello, buscando
respuesta al concepto: Qué es ser ciudadano.
Fue interesante comprender que esta ley se considera
un servicio que se presta a unos clientes. Alejada de los derechos ciudadanos
que debería prestar a la ciudadanía.
Paso a paso, pudimos aprender que la estructura
participativa que han tenido otras leyes educativas, en la LOMCE se implanta un
sistema donde las decisiones más importantes las toman los directores de los
centros. Y, definitivamente, como ya se venía haciendo en algunas comunidades
autónomas, se permite que la administración ceda el terreno y sean empresas las
que construyan y gestionen los centros educativos. También introduce el
concepto `competencia´ entre ellos.
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