Un año el que termina eminentemente electoral. Hemos tenido
elecciones municipales, bastantes autonómicas, finalizando con las elecciones generales.
Y, en cada una de ellas, se iba perfilando una composición plural avalada por
los votos de los electores.
Al día de hoy, las posibles combinaciones para poder
formar un gobierno estable, todavía no está decidida. El resultado que ha
dejado las votaciones del 20-D, obliga a realizar una serie de conversaciones a
las que los grupos políticos tradicionales no estaban acostumbrados.
El Partido Popular con su mayoría absoluta en la anterior
legislatura, ha practicado una política y ha tomado unas medidas, las cuales,
el número abultado de diputados le permitía aplicar, sin necesidad de
considerar otras opiniones políticas que alzaban la voz en contra de las decisiones
que administraba. El electorado, consciente de ello, sufriendo las consecuencias
impuestas, iba tomando nota y escuchando otras opciones políticas emergentes.
Así, llegamos a la conclusión final, de tener dos
alternativas posibles de gobierno. Una, liderada por el PP con los apoyos que le
permitan formar gobierno, y la otra, contempla la posibilidad de que la segunda
fuerza política PSOE, culmine unos pactos con otros grupos que pueda hacer que
Pedro Sánchez, sea elegido presidente.
Pero, dentro del Partido Socialista y dado que el
anterior panorama descrito, si no hay acuerdos, obliga a celebrar elecciones
anticipadas, es cuando se abre de manera soterrada el debate sobre la idoneidad
del candidato Sánchez, o la dirección del partido postularía a otra persona
como candidata a la presidencia del gobierno.
Es obvio, que la actual dirección no iba a llevar a cabo
la segunda posibilidad. Tendría que ser la nueva dirección resultante del
congreso ordinario, quien fijara las cualidades del candidato que será votado
en elecciones primarias.
En ese punto se está, y el nudo gordiano formado, no todo
el mundo lo entiende, dado que Pedro Sánchez, lleva 18 meses al frente del
partido. Si bien es cierto que no es demasiado tiempo, sí que ha sido el
suficiente para tomar medidas con respecto al Partido Socialista de Madrid, que
en su momento, no levantaron la voz del resto de federaciones contra la
decisión tomada, pero que hoy, llegado el momento que vivimos los socialistas
parece que se larva internamente algo parecido a lo que la actual dirección le
aplicó al entonces secretario general de los socialistas madrileños. La
hemeroteca nos lo recuerda con toda su crudeza.
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