Es muy posible que la reflexión que hoy presento sea
común a muchos municipios españoles que en las pasadas elecciones decidieron
cambiar el sentido de su voto.
Después del vuelco electoral que supusieron las
elecciones municipales de 2011, donde el Partido Popular consiguió el mayor
poder democrático municipal de su historia, el gobernar durante los sucesivos
cuatro años, ha dejado su impronta y estilo en la administración más cercana a
la ciudadanía, los Ayuntamientos.
Mi vivencia personal ha sido en la ciudad de Getafe. Singular
municipio que durante más de tres décadas, había sido gobernado por los grupos
PSOE-IU. Es cierto que durante los últimos ocho años, ya se perfilaba cierto
descontento con la manera y forma de hacer las cosas y también a esto, se sumó
a la ola general que hizo alcanzar al PP la alcaldía.
La particular circunstancia personal de su candidato y
luego alcalde Juan Soler, desde el principio al no ser vecino de Getafe ni
haber tenido relación alguna con la ciudad, debemos recordar que era diputado
en la Asamblea de Madrid, hace algo difícil el entendimiento con los agentes
vertebradores de la ciudad.
Sin embargo, desde la óptica de su Gobierno se impulsan
proyectos transformadores urbanísticamente hablando en plazas y edificios, la cultura
alcanza un nivel elogiable y en líneas generales la gestión económica se ajusta
a lo establecido por las leyes del Estado.
Si esto y más, lo debemos reconocer en el haber de su
gestión, dentro de sus decisiones políticas, nunca estuvo la voluntad de
establecer una estrecha relación abierta con las entidades y asociaciones que
están presentes en el municipio. Es más, en los actos programados se hacía
acompañar de un séquito de asesores y seguridad, que si bien no impedían el
acercamiento del vecino, no inducia a que ello se produjera.
Este, para mí, sumando la ola de descrédito general del
PP, ha sido la causa de que los vecinos de Getafe no le hayan aprobado la
renovación del mandato.
Y, a partir del día 13, tenemos nueva alcaldesa, por
cierto, la primera mujer que preside Getafe en su historia, que precisamente es
el contrapunto del anterior regidor. Cercana, conocedora de Getafe al 100%,
experiencia de gestión municipal, y sobre todo con una apuesta muy clara: gobernar
escuchando a los vecinos y sus problemas.
Así, ayer entre los diversos actos que contemplaba su
agenda, estuvo en Perales del Río, un barrio de Getafe. Lo dicho: contacto
directo con los ciudadanos y la gran sorpresa de la gente, que fácil hablar con
ella. Es más nadie veía presencia policial.
Ahora bien, consciente de que puede ser pronto, la
sociedad ya estamos esperando el anuncio de la configuración y el nombramiento
de su equipo de Gobierno. Y, lo más importante por la fecha que vivimos: el
anuncio y puesta en funcionamiento de la apertura de los comedores escolares
para los niños más necesitados de Getafe.