En este mismo espacio, el día 28 de septiembre de 2015, dediqué
unas palabras basadas en el resultado electoral para despedirme de Artur Mas. Han
tenido que pasar tres meses para poder comprobar que finalmente Arturo deja la
presidencia de la Generalitat.
Ahora bien, después del tiempo pasado y con un 52% de los
votantes catalanes rechazando la pretendida segregación de España, que las
palabras de despedida sean: “lo que no hemos podido conseguir en las urnas lo
hemos logrado con la negociación”, los catalanes que hablaron en las urnas han
debido sentirse defraudados por la forma en que se consigue investir a un
presidente independista.
Pero, mucho peor deben estar los tres mil militantes de
CUP, que ven cómo el trabajo de años, se tira por la borda de la credibilidad,
para poner sus escaños al servicio del poder. Además, con unos condicionantes
que hasta ahora, no se habían dado nunca dentro del juego político de pactos y
negociación.
Luego, tenemos las declaraciones estentóreas del que será
nuevo President, pidiendo “echar a los invasores”. Todo un despropósito de
locura política que entre todos estamos obligados a corregir más pronto que
tarde.
Y para ello, el próximo Gobierno de España, debe ponerse
manos a la obra. De la manera en que se consiga formar alianzas de futuro, se
podrá frenar con el apoyo del pueblo catalán tanto dislate político.
Pensando en las posibles compromisos que los resultados
electorales ha arrojado el 20D, y teniendo en cuenta el contenido de los
programas con los que los distintos partidos han conseguido sus apoyos de los votantes,
se puede entender que aunque el PSOE defiende la unidad de España, cuando le plantee
al PP un acuerdo para derogar la `Reforma laboral´, la derogación de la `Ley
Mordaza´ y toda una serie de cuestiones que el Gobierno de Rajoy ha implantado,
a todas luces se comprende que será imposible acordar una alianza.
Si Rajoy no consigue la mayoría suficiente, Sánchez,
tiene que buscar aliados que le ayuden a lograr la presidencia. Desde ese
momento, Podemos, tiene que hacer un esfuerzo de lógica política que encuentre
el engranaje entre el programa del PSOE y los postulados de Podemos. Porque,
para este último grupo, la jugada trilera de la CUP con la entrega y sacrificio
de sus diputados, los deja sin argumentos que prioricen el defendido `referéndum
catalán´. La ciudadanía entenderemos los acuerdos y compromisos que ayuden a cambiar la realidad social de España.
Por lo tanto, primero se tiene que constituir el
Parlamento, se tiene que elegir un Presidente, y posteriormente, la situación catalana obligará al Gobierno resultante, a tener que llevar reformas
constitucionales que permitan las consultas necesarias para que el pueblo
español hable y se exprese sobre la nueva realidad de la sociedad española. En
definitiva, `política de muy alto nivel´.
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