Ha sido valiente el Presidente del Gobierno, cuando anuncia que no han sido las clases sociales medias bajas, quienes provocan la crisis económica, y sin embargo, si van a sufrir directamente las medidas correctoras. Es muy duro.
Por simplificar la reflexión; hemos podido entender que se subieran los impuestos, si la mayor recaudación servía para amortizar y corregir el déficit, al mismo tiempo que se mantenía las prestaciones sociales a los más desfavorecidos. Pero, las medidas anunciadas rompen en parte el esquema anterior. Con toda seguridad las cuentas públicas encontrarán equilibrio. Para ello, el colectivo de funcionarios, pensionistas, jóvenes futuros padres y mayores dependientes serán los más afectados directamente.
Aprobar lo anterior en Consejo de Ministros el viernes próximo, si más, desmontando así de un plumazo todo el equilibrio social del Gobierno, puede pasar una factura política muy difícil de pagar.
Dice el portavoz socialista José Antonio Alonso, que para salir de la crisis en las mejores condiciones el esfuerzo debe ser “nacional”. Este máximo principio se tiene que convertir en la hoja de ruta que no debemos perder. Así, además de reducir los salarios de los diputados, senadores, cargos de confianza; la cascada tiene que seguir: comunidades autónomas, ayuntamientos, empresas públicas, más cargos de confianza, agentes sociales. Todos tienen que soportar un importante recorte salarial.