El pueblo gallego y vasco expresó sus preferencias
políticas para los próximos cuatro años. La singularidad social de ambas
comunidades hace que el resultado no sea paralelo. En Galicia gana el Partido
Popular y en el País Vasco se consolida los nacionalismos.
El Partido Socialista Obrero Español en sus respectivas
federaciones sufre un importante retroceso. La dirección federal considera
empate técnico desde que dirige el PSOE, es decir, el partido gobierna en
Andalucía y Asturias. Pierde en Galicia y Euskadi.
Esto, no deja ser una lectura rápida de lo sucedido. Luego
los detalles nos dicen que se necesita del apoyo de otras opciones políticas
para formar Gobierno.
El PSOE, hoy, no consigue el apoyo necesario que le
permita formar Gobierno en solitario. Es más, no consigue transmitir el
entusiasmo motivador a una sociedad de progreso que decide no participar en el
proceso electoral.
Esa actitud, y la ley electoral que nos hemos dado hasta
el día de hoy, hacen que el PP de Galicia con menos votos obtiene más diputados.
Desde la izquierda progresista se tiene que reflexionar profundamente sobre
este dato. Es necesaria una reforma electoral.
Ahora bien, lo desconcertante es que el PP, referido al
resultado en Galicia, no sufre el desgaste de las medidas económicas
implantadas desde el Gobierno de Mariano Rajoy. Unos profundos recortes en
dependencia, sanidad, educación, congelación de salarios de los trabajadores
públicos y el desconocido tratamiento de las pensiones, no hacen que la
sociedad diga ¡BASTA!
Por ello, desde lo local y más cercano a la ciudadanía,
allí donde el PSOE es oposición se debe observar de manera no endogámica cual
es el verdadero descontento social para convertirse en la voz que pida explicaciones
en nombre la ciudadanía. Las propuestas consensuadas con la sociedad deben
marcar la hoja de ruta que facilite transmitir confianza en la opción política
que representa el Partido Socialista. Se tiene que trabajar con los ciudadanos
y para los ciudadanos.
El trabajo a realizar es duro. La realidad interna del PSOE
desde el Congreso de Sevilla con todo el proceso que allí se trabó con votación final, no
puede dejar satisfechos a los muñidores que trabajaron el resultado.