Cuando miles de personas en diversos pueblos y ciudades
de España, hemos celebrado la festividad del 1º de Mayo, Día Internacional del
Trabajo en la calles, el Sindicato Andaluz de Trabajadores SAT, han ocupado una
finca militar.
Terreno que es propiedad del Estado y que se encuentra
abandonado e improductivo. Andalucía que tiene que soportar más de un 30% de
paro, no puede permitir que grandes latifundios se encuentren baldíos.
La Organización Sindical, deja muy claro que no pretenden
ser propietarios de los terrenos ocupados, el único objetivo es trabajar la
tierra formando cooperativas agrarias y transformando lo producido en productos
que se puedan vender en el mercado. Esta experiencia no es nueva para el SAT y
como está demostrado que es una vía para impulsar la economía en una Comunidad
muy castigada por el paro, hemos de reconocer que urge poner en marcha iniciativas
que ayuden a solucionar el problema.
Yo personalmente, soy de los que estoy convencido que
cuando se agota el camino del diálogo para analizar las alternativas que se
pueden implantar, la sociedad tiene que reaccionar y llevar acciones de impacto
mediático que ayuden abrir cauces de negociación que nos conduzcan a la puesta
en marcha de alternativas que nos permitan salir de la dramática situación económica
que estamos viviendo.
Hay que ser realistas, pensar que la época del ladrillo y
la construcción volverán a impulsar la economía es una quimera. España tiene
que buscar salidas diferentes. Por ello, las cooperativas agrarias pueden ser
viables en un país que tiene grandes extensiones de tierra para cultivar.