Y esto último es importante porque ayuda mucho al desarrollo personal y a la toma de iniciativas individuales. Hoy todavía, por muchos y diversos factores, una parte importante de la población cuando se tiene que enfrentar a la denuncia para solucionar un problema, recurre a otra persona o entidad, quedando el interesado en el anonimato, a la espera de la gestión solucionadora ajena. Esto, no es que sea malo, lo que ocurre es que además debe ir acompañado de la gestión personal del propio interesado. Así, si te diriges a un estamento público queda constancia por escrito del hecho que reclamas, y no estás supeditado a lo que te cuentan. Esta, es la seguridad que proporciona la formación.
Recientemente, he presentado una queja ante el Defensor del Pueblo, y debo decir que ya he recibido dos escritos referidos al asunto del amparo solicitado. Este proceder de la institución mencionada, debería ser el modelo a seguir por todas las administraciones públicas.
Me consta, que no siempre es así y son más, las veces que se emplea el conocido “silencio administrativo” lo que se obtiene como respuesta al escrito presentado. Anteriormente, decía que son varios los factores que provocan el no tomar la iniciativa propia y recurrir a terceras personas, estoy convencido que el ser ignorado no ayuda a la intervención individual.
De ahí, la importancia que tiene toda la información recibida, ya que la misma, debe transformarse en formación individual que se suma a la colectiva.