El ministro Alfredo Pérez Rubalcaba asumió ayer toda la responsabilidad de conceder a De Juana Chaos la prisión atenuada y su "carga de impopularidad".
En el actual contexto político, el Gobierno sabía y era consciente de que "sería acusado por la derecha de ser blando ante los terroristas e incluso de alimentar la reanudación del proceso de paz". Y la reacción no se hizo esperar.
El líder del PP, Mariano Rajoy, leyó una declaración institucional en la que consideraba que el presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, "ha cedido al chantaje del asesino De Juana y de la banda terrorista ETA".
Tenemos la obligación de recordar que a excepción del PP, el anuncio del Gobierno de conceder la prisión atenuada para el etarra De Juana "recibió el apoyo de todos los grupos políticos". No obstante el debate en la sociedad está en un momento álgido y provoca los siguientes:
Titulares de prensa
RUBALCABA ASUME LA RESPONSABILIDAD DE UNA DECISIÓN IMPOPULAR.
EL GOBIERNO PAGA UN PRECIO POLÍTICO A ETA.
HUMILLACIÓN DEL ESTADO Y OFENSA A LAS VÍCTIMAS.
ETA GANA SU PULSO AL ESTADO.
EL GOBIERNO DEBERÁ DEMOSTRAR QUE SU MAGNANIMIDAD NO ES DEBILIDAD.
Ahora bien, considero necesario adjuntar literalmente el titular de La Vanguardia que suscribo totalmente.
La menos mala
JOSÉ ANTICH - Director - 02/03/2007
EL ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, tomó ayer, sin duda, la decisión más difícil de su larga trayectoria política. Planteadas las cosas al límite por el preso de ETA De Juana Chaos, con evidente riesgo para su vida tras 115 días de huelga de hambre, y cumpliendo condena de tres años por sendos artículos publicados en Gara, de los que ya ha cumplido más de la mitad de la pena ¿debía dejarlo morir o concederle la prisión atenuada? Aunque su decisión afecta en puridad a esta única pena, la realidad es mucho más compleja y ha presidido buena parte del debate en la opinión pública española: sobre De Juana Chaos recae una sentencia ya cumplida por 25 asesinatos y de los que acabó cumpliendo tan sólo 18 años de prisión en virtud del ya modificado Código Penal. (Relación de presos excarcelados por la misma Ley). Analizadas todas las posibles variables del caso, cabe concluir que el ministro ha tomado la menos mala de las decisiones. Nadie adopta una resolución como la del ministro del Interior con una íntima satisfacción interior, sino ponderando muchas otras cosas. Confundir esto con una cesión al chantaje de una banda terrorista es un error. La grandeza del Estado de derecho es que los gobernantes no se comportan como los asesinos y se concede un enorme valor a la vida humana. Incluso la de los asesinos en todas y cada una de las circunstancias. Rubalcaba ha decidido y no se ha equivocado.
¡Tenemos el deber de defender el Estado de Derecho con todas sus consecuencias!