19/02/2007

Pedagogía política

De nuevo nos ha sorprendido la participación de los ciudadanos/as cuando son llamados a las urnas para ratificar o denegar una ley. Primero fue la Constitución europea, después la ratificación del Estatut catalán, y ahora, el Estatuto de Andalucía.

En los foros, análisis, comentarios y opiniones, existe un abanico de pensamiento diverso que pone de manifiesto que no hay una verdad absoluta que provoque la pasividad de la ciudadanía.
Otra cuestión aparte merece el posicionamiento político de los partidos que a pesar de participar en la campaña del “SI”, dada la baja participación, pretenden escurrir el bulto afirmando: “ya decíamos nosotros que la sociedad no demandaba la revisión estatutaria”. Esto, lo guardaremos en las hemerotecas para cuando el desarrollo del nuevo Estatuto, genere un importante beneficio social y pretendan arrogarse la utilidad, les recordaremos las nutridas expresiones del día de hoy.

El hecho de participar activamente en el movimiento ciudadano, facilita el contacto con las gentes y escucharles, te proporciona información de por qué se deben hacer las cosas de una determinada manera, y no de otra forma. Últimamente los gestores políticos, percibiendo éste sentir, antes de redactar definitivamente un proyecto de mejora u obra nueva, consulta a los afectados para conocer su opinión. Cuando esto sucede en mi ciudad, personalmente aplaudo la información adicional que se nos facilita presentando la procedencia del recurso económico para llevar a efecto la ejecución del proyecto.
Sucede que cuando públicamente expreso lo acertado de la idea, todavía hay responsables políticos que piensan que a los ciudadanos/as “lo que les interesa es que se hagan las cosas”. Y no es así.

Europa, no es una entelequia abstracta que está ahí para visitarla. Gracias a Europa los Gobiernos democráticos españoles, han podido impulsar un desarrollo imposible de lograr sin las aportaciones europeas.
La descentralización política y administrativa del Estado español, transfiriendo competencias a la Comunidades autónomas, impulsa un espectacular desarrollo, gracias a la gestión directa de los recursos económicos y sobre todo organiza la gestión de los servicios de manera directa y cercana a los ciudadanos/as.

Los partidos cuando acometen determinados proyectos, independientemente del ideario político, tienen que tratar de explicar de manera pedagógica el contenido y los beneficios del proyecto o ley que se presenta. Con el ambicioso objetivo de hacer que la sociedad sienta las bondades que representa. Únicamente así, se podrá vencer la pasividad social.

¡FELICIDADES ANDALUCÍA EN TU NUEVA ANDADURA!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Chirigota carnavalera
El eslogan para promocionar a Sebastián y a Simancas fue usado ya por AP en 1987

http://www.elmundo.es/elmundo/2007/02/18/madrid/1171816021.html?a=c51edad6f58b97da6c4a228ddc27dae8&t=1171873836
Menudo cachondeo en Cadiz.

Alberto dijo...

Habría que decir ¡felicidades politicastros andaluces por vuestro caciquismo reforzado!
Los andaluces pasan de ellos y de los Estatutos.

Antonio Pulido Ruiz dijo...

No Alberto, no. Todo lo sucedido es algo más profundo. Hay que introducir un nuevo estilo en las explicaciones de los logros alcanzados y los beneficios futuros que se pueden alcanzar con la nueva descentralización y competencias.

Anónimo dijo...

La pedagogía política es uno de los mayores desafíos para la clase política y para nosotros los socialistas especialmente. La normalización del funcionamiento democrático del estado ya es asumido por los ciudadanos como un privilegio, pues una parte importante ya hemos nacido con ella. Eso no implica que debamos invertir nuestros esfuerzos ni en dar clases de historia ni en amedrentar a la sociedad con planteamintos apocalípticos sobre el siempre silencioso regreso del fascismo. Implica que hay que formar ciudadanos críticos, exigentes e implicados con una democracia más participativa. Finalmente, empecemos por nuestro propio partido, cuya estructura y funcionamiento caduca al sujetarse en gran medida en un sistema de castas.

Antonio Pulido Ruiz dijo...

Amigo Pedro, aquí queda dicho. Además debemos mentalizarnos de que: "Si queremos decidir tenemos que participar". Aunque soy consciente que desmontar los viejos vicios adquiridos, no es fácil.