Entramos en la recta final para terminar el año 2014.
Para los socialistas españoles éste ha sido un año convulso que finalmente
arroja la elección de un nuevo Secretario General, tras realizarse el consabido
proceso de primarias.
Pedro Sánchez, fue la persona elegida por la militancia
socialista para ocupar el cargo de Secretario General y por añadidura poder
configurar una Comisión Ejecutiva que empatice con las ideas ofrecidas durante
la campaña de elección interna.
Desde ese momento, Sánchez y su equipo tienen la enorme
responsabilidad de conducir al PSOE por un camino nuevo que marque estilo
propio. Para ello, es obligado estar presente en los distintos medios de
comunicación y tomar decisiones que a veces debido a los casos de escándalos comprobados
de algunos militantes, le han obligado a ser inflexible y no permitir que
conductas de dudosa ética política se instalen en el nuevo tiempo socialista
que su Ejecutiva representa.
Es cierto, que dadas las fechas preelectorales de 2015, los
indicativos que nos dicen sobre los aciertos o errores del nuevo Secretario
General, son las encuestas. Por otro lado, para valorar con efectividad los
datos, estamos obligados a medir el tiempo que lleva al frente del PSOE.
Hasta el momento, lo que se le conoce además de
manifestar que `contra la corrupción tolerancia cero´, es la iniciativa de
`Asambleas Abiertas´ que está llevando por la provincias españolas y lo que
esto supone de acercamiento al militante y simpatizante para dar a conocer el
ideario político que pretende sembrar en la sociedad española.
Por tanto, se puede resumir en trabajo, trabajo y
trabajo. Visto y analizado lo que hace él y su equipo, no se puede entender que
poderes internos del PSOE, empiecen a pretender introducir conceptos de
eficacia sobre los que se tendría que medir la gestión de Pedro Sánchez, y que
están relacionados con los resultados de los primeros comicios que son las
elecciones municipales y autonómicas.
Esto, a todas luces es una barbaridad maquiavélica de
sectores que han percibido que Pedro, tiene o quiere tener un estilo propio
acorde con el tiempo y las circunstancias que le ha tocado vivir. Tanto, dentro
del PSOE, cómo en la sociedad española.
Llegados a este punto hay que ser claros y contundentes:
que el Secretario General tiene que darlo todo en apoyo a los candidatos/as
socialistas, nadie lo cuestiona. Pero, también las direcciones locales y
regionales, están obligadas a remar en la dirección del triunfo, implantando
una renovación en las listas electorales y transmitiendo un mensaje de
claridad, transparencia, cercanía, promesas realizables acompañadas de su
correspondiente memoria económica que permita cumplir el contrato que se firma
con los electores.
Gracias a los medios, redes sociales, y demás canales de
información, cualquier operación que pretenda desestabilizar a la persona que
ha sido elegida por la mayoría de la militancia sin motivos justificados, jamás
tendrá el reconocimiento para liderar el Partido Socialista Obrero Español.