La convulsión política que ha supuesto la aparición en
escena del grupo `Podemos´ ha generado la implantación de un relevo
generacional en el resto de grupos políticos con la excepción del Partido
Popular.
La última coalición que ha llevado a cabo un proceso de
primarias abiertas a militantes y simpatizantes ha sido Izquierda Unida. El domingo
pasado miles de simpatizantes y militantes depositaron su voto y eligieron a
las personas que entendieron podían encarar mejor una profunda renovación dentro
de la organización.
Centrándome en la Comunidad de Madrid y dentro de ella,
en la ciudad de Getafe, nos encontramos que Tania Sánchez y Vanessa Lillo, han
sido las elegidas para encabezar la candidatura a la Comunidad de Madrid y a la
alcaldía Getafe.
El primer efecto de esta elección ha sido la dimisión del
actual Coordinador de Izquierda Unida Madrid, Eddy Sánchez. Se puede entender
que por coherencia política si la opción ganadora no es la que se ajusta al
proyecto que defiendes, debes dejar paso a que las nuevas personas elegidas
perfilen sus equipos de cara al futuro. Por tanto, loable decisión la del Sr.
Sánchez.
En la línea de renovación iniciada y siguiendo el ejemplo
del excoordinador, se tendrán que producir pasos a un lado de otros compañeros
y compañeras que la participación en la elección directa les ha dicho que su
tiempo ha pasado.
Esta, y solamente esa lectura es la que se espera, acompañada
de la correspondiente generosidad democrática para que las nuevas
representantes puedan trabajar con serenidad y concentración en el nuevo
proyecto que la sociedad está demandando.
Si se cometiera la torpeza de no comportarse con la
corrección política que se espera, lo único que quedaría expuesto es, que los
valores que han defendido en nombre de su organización los quieren perpetuar
para beneficio propio. Y, con ello, lo único que estarían haciendo es retrasar
el fin de una época que ha quedado anunciada.
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