Es alarmante conocer que el 68% de los ciudadanos piensan
que la corrupción está igualmente extendida entre el PP y el PSOE. Por ello,
exigen reformas profundas en nuestro sistema democrático que impidan que la corrupción
se instale como norma de convivencia.
Una sociedad que no confía en el comportamiento de sus
representantes es una sociedad en estado de riesgo. La experiencia vivida en
otros países que han caído en ese desprestigio político les ha llevado a vivir
situaciones inciertas y tumultuosas.
Si al descrédito de los grandes partidos le sumamos la
crisis económica que genera seis millones de parados, estamos creando una
situación con riesgo de explosión social.
Es cierto, que el descontento hoy analizado se debe fundamentalmente,
al caso Bárcenas, extesorero del Partido Popular. Y, que, una vez descubierto
el dinero acumulado y defraudado, la sociedad pone en cuestión la claridad y
transparencia de la gestión económica de los populares.
Ahora bien, es verdad que ante un panorama como el
descubierto los medios conservadores afines se están encargando de poner el
ventilador, e incluso hacen foto montajes con persona imputadas de todas las
ideologías con la pretendida intención de hacer ver que todos son iguales.
Producto de ello, es el 68% que mantiene que todos practican la corrupción.
Esto, no es casualidad. Ellos, los conservadores conocen
que el descontento produce mayor apatía participativa en el colectivo progresista
que ve traicionado su ideario político, de claridad y transparencia.
Además, el observatorio de la Cadena SER cuando extiende
la consulta a otros sectores, los banqueros son los que más desengaño producen
en la ciudadanía.
Por tanto, declaro firmemente que me sumo y exijo como el 60% de los ciudadanos que la única manera de acabar con la
corrupción es mediante una “reforma
en profundidad del sistema democrático”, que lleve consigo incluso cambios en la
Constitución.
Los más
partidarios de estas reformas son los votantes socialistas, aunque también
entre los seguidores de PP e IU hay mayoría que apoya emprender cambios de gran
envergadura.