06/01/2013

La entrevista y la Pascua Militar

Cuando todavía no se han apagado los ecos de la empalagosa conversación televisada con el Jefe del Estado, ahora en la celebración de la Pascua Militar, aluden a la serenidad del Ejército ante posibles provocaciones.

Hemos conocido que los asesores del Monarca fueron los que diseñaron la estructura de la conversación con el periodista Hermida. Y, cuando toda España estaba pendiente de alguna mención a los problemas más acuciantes que el año 2012 ha protagonizado la familia Real, los 21 minutos pasaron y nada conocimos de lo que piensa su Majestad sobre ellos.

En la celebración de la Pascua Militar, el Rey, de nuevo alude a la unidad soberanista de España en defensa de los intereses de todos en clara sintonía con el apartado más polémico del discurso del ministro de Defensa:” Resulta primordial el esfuerzo para mantener las capacidades militares que garanticen una disuasión verosímil en defensa de los intereses de España”.

Los presentes y quienes hemos seguido la noticia interpretamos que se refería al reto soberanista catalán. Sin entrar en detalles sobre las consecuencias finales de la decisión que se debate en Cataluña, lo que reprocho con total contundencia es la alusión a que los militares "están preparados, mantienen el ánimo firme y sereno, sin atender a absurdas provocaciones". 

En pleno siglo XXI, en un Estado de Derecho, formando parte integral de Europa y una democracia consolidada, responder a una presunta consulta sobre la soberanía e independencia de Cataluña mencionando las cualidades militares no puede dejarnos impasibles.
El pueblo catalán y sus dirigentes tendrán que diseñar el proceso de la consulta dentro de los parámetros establecidos legalmente, por tanto, queda mucho camino por delante y muchas interrogantes tienen que ser despejadas antes de llegar a la firme consulta.
Por ello, que se aproveche las dos comparecencias del Jefe del Estado para aludir al proceso y qué, además, el Gobierno del Sr. Rajoy mencione a los militares, en un debate de la sociedad Civil y sus representantes políticos, es altamente peligroso.

Es cierto que en políticas sociales estamos retrocediendo a varias décadas atrás, que de nuevo la población española “los jóvenes” es una generación emigrante, pero pensar en los servicios del Ejército para solucionar un problema de identidad de un pueblo, es una locura que no podemos consentir.

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