13/09/2006

Reducir el fracaso escolar

Por deformación voluntaria en la participación del proceso educativo de la enseñanza desde la aportación que hacemos el “sector Padres”, reconozco que sólo conocer la noticia he decidido darle prioridad en las anotaciones.

Hoy, son muchas las noticias, las cuales merecen ser comentadas. Pero la repercusión importante que tiene para el futuro de nuestra sociedad, merece especial atención el fracaso escolar.

La noticia hecha pública por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre que: alrededor del 30 por ciento de los alumnos españoles no concluyen la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), es estremecedora. El porcentaje de fracaso es muy superior a la media del conjunto de naciones desarrolladas o en claro progreso. España, de hecho, ocupa el puesto número 23 de una lista de 26, tan sólo superada en esta tasa negativa por Brasil, Turquía y México. En el lugar opuesto se sitúan estados de elevado nivel de desarrollo económico y social como Noruega, Alemania, Dinamarca e incluso Corea. Según Educación, tan alto índice de abandono se debe sobre todo a los chicos, que se sienten prematuramente atraídos por el trabajo mucho más que las chicas.

El informe denuncia que la inversión educativa en España ha sido en los últimos años inferior a lo esperable por el desarrollo de su economía. Le llama la atención a la OCDE que, entre 1995 y 2003, el porcentaje del Producto Interior Bruto dedicado a la educación haya pasado del 5,3% al 4,7%. En el conjunto de los países desarrollados, la media es del 5,9%. Esto no es obstáculo para que se reconozca que el sueldo del profesorado español es la principal partida presupuestaria en materia educativa (el 74,6% del total), y es proporcionalmente la cuarta más alta de los países analizados. Es decir, los profesionales de la enseñanza están bien retribuidos.

Aunque el informe refleja que el sistema educativo español ha avanzado en los últimos años (la ratio del número de alumnos por aula es más favorable que la media de la OCDE, por ejemplo), no llegamos al gasto por estudiante que aportan a las arcas públicas los países de nuestro entorno. El Gobierno debe corregir de inmediato este desvío porcentual y tratar de equilibrar el desfase existente entre el gasto educativo y el desarrollo económico creciente de nuestra economía.

Con estos datos, el debate social que prevalece es averiguar los motivos o razones que provocan que ese 30% de jóvenes no terminen la enseñanza secundaria. Desde el punto de vista profesional se trata de adaptar los conocimientos a la demanda de la sociedad. Luego no podemos reducir los aprendizajes porque con ello estaremos abriendo la brecha del desarrollo y conocimiento. El estudio indica que es el sector masculino el más propenso al abandono del estudio atraído por la ocupación dentro del mundo laboral.

Los Padres en el dinamismo del debate, ponemos algunas referencias comparativas; y al igual que en Irlanda parece que el estar en posesión del certificado de estudios secundarios es cuestión elemental para otros trámites sociales, esto hace, que el número de abandonos sea muy reducido. En España, desde un gran pacto de Estado por la Enseñanza, se podía incluir la necesidad de poseer el certificado de secundaria para obtener el carné de conducir; es un ejemplo. En esto u otras demandas que para los jóvenes sea inducción a permanecer y conseguir los conocimientos emanados de la enseñanza secundaria.
¡Hay que reducir el fracaso escolar!

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