Es una noticia que no debe pasar desapercibida. “Una persona
que mantiene relaciones sexuales con otra de su mismo sexo, no puede ser
embajador en el Vaticano”. Es decir, no importa su creencia, ni su formación,
ni su capacidad.
Esto, es lo que le ha ocurrido a la persona que el Estado
francés había designado para realizar sus labores diplomáticas en el Vaticano. Durante
15 meses estuvo esperando el plácet del Gobierno eclesiástico que nunca llegó,
con lo cual, el Gobierno francés decide relevarlo por otra persona.
Con esta actitud indigna, queda entredicho todo lo
predicado por el Papa Francisco. Nunca mejor se ha cumplido el dicho: “una cosa
es predicar y otra dar trigo”.
Visto el comportamiento que mantiene la dirección del
Gobierno de la curia, de momento y hasta que no se hagan realidad las nuevas
palabras, mantengo la correspondiente distancia en señal de protesta por el
comportamiento que siguen teniendo en pleno siglo XXI.
Decía que hay también otras hipocresías. En este caso sucede
en la Comunidad de Madrid. Es tradición protocolaria que el día de la Fiesta de
la Comunidad, se entregan las medallas, una condecoración concedida en
reconocimiento a los méritos de las instituciones, personas físicas o jurídicas
que se hayan destacado por su servicio a esta región desde cualquier ámbito de
la actividad.
Siempre que alguien ha dejado de ser presidente/a de la
Comunidad, se le entregaba la condecoración por los servicios prestados. Es
verdad, que también se exige que haya tenido un comportamiento ejemplar en su
trayectoria personal y política.
La polémica de este año, surge con la persona del
expresidente Ignacio González. Investigado por una Juez de Estepona sobre la
presunta irregularidad de la compra de un piso ático.
La actual presidenta Cristina Cifuentes, no se atreve a conceder en
la fecha prevista la medalla, ya que, está pendiente la pronunciación judicial.
Al mismo tiempo, de manera paralela el Sr. González, está
citado para declarar ante una comisión de investigación dentro de la Asamblea
de Madrid.
Pero, miren que casualidad, que el mismo día que se le
cita, él hace una compra de billetes de avión para un viaje, y argumenta en su
defensa que no puede asistir a la comisión de los `espías´ debido a que tiene
reservado plazas para dicho vuelo.
La conclusión que se puede extraer es muy sencilla: con
su actitud despierta sospecha de que todo no está lo limpio que debiera para ser
acreedor de la condecoración. Por lo tanto, la Sra. Cifuentes lo tiene muy claro
no se puede retrasar la entrega y desmerecer a los demás condecorados. El día 2
de mayo es el día institucional de la Comunidad de Madrid.