Algunos desafortunados episodios descoordinados favorecen la labor opositora que ejerce el Partido Popular. Si a lo anterior le unimos la competencia entre empresas editoras de medios de comunicación, basta que el presidente Zapatero, declare en un medio que el presupuesto en Inversión y Desarrollo, mantiene la misma partida presupuestaria para 2010, y luego la vicepresidenta Salgado, detalle que también esa partida sufre ajustes, para que las empresas y medios que no obtuvieron las primeras declaraciones, hostiguen sin piedad la descoordinación manifiesta.
Además, la tan traída y llevada recaudación fiscal, donde primero serían las rentas más altas quienes tendrían que aportar más a las arcas del Estado; y luego el aumento impositivo se aplica a los distintos tramos del IVA, igualmente desconcierta al electorado. A la par, el crecimiento del paro sigue subiendo a paso lento.
Tenemos que reconocer que ante un panorama como el descrito, por muy optimista que quiera parecer el Sr. Rodríguez Zapatero, la sociedad española no se puede contagiar de su seguridad.
Entonces el Gobierno y el Partido Socialista, deberán replantearse las acciones a tomar y los predicamentos para que todos entendamos con claridad cuales son sus objetivos.
Es cierto, que por activa y pasiva se insiste en la necesidad de incrementar el gasto público en la prestación de servicios sociales que eviten crear bolsas de pobreza. Que las personas que pierden el trabajo y agoten la cobertura del desempleo, pueden acogerse a una ayuda adicional y limitada.
Pero si a pesar de lo anterior la sociedad empieza a mirar con recelo al Gobierno, éste necesita impulsar que la concertación social entre los agentes sociales, culmine con una hoja de ruta que frene el crecimiento del paro. Y otra decisión que no puede esperar, es el apremio al sistema financiero para que con el rigor necesario, aumente considerablemente la concesión de préstamos a pequeñas y medianas empresas.
También sería muy conveniente llegar a un acuerdo con los Gobiernos Autonómicos para que coordinadamente trabajen en la línea marcada.
Tenemos un claro ejemplo que demuestra que la coordinación entre Gobierno Central y Gobiernos Autonómicos, es apreciada muy favorablemente por la sociedad general. Me refiero a la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, y a los acuerdos alcanzados para hacer frente a las posibles consecuencias de la Gripe A.