El pasado fin de semana ha sido profuso en reuniones políticas. Así, Partido Socialista Obrero Español y Partido Popular, han mantenido encuentros con sus máximos responsables nacionales y europeos.
El Comité Federal del PSOE, escuchó el análisis del secretario general y presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; y su equivalente Junta Nacional del PP, también atendió las explicaciones de su presidente, Mariano Rajoy.
Obvia decir que las crónicas de ambas intervenciones fueron distintas como corresponde al partido que gobierna y al que aspira a gobernar.
Y dentro de lo dicho y escrito, lo fundamental en el PSOE, es el apoyo que todos los dirigentes prestan a su secretario general y al programa de medidas para gestionar la crisis.
Hay que destacar que a pesar de no discrepar de los planteamientos, sí que pidieron la palabra 31 personas para expresar su opinión y explicación del por qué, en este momento se posicionan a favor de la política que desarrolla el Gobierno.
Sin embargo, llama la atención que en la casa del PP, después de la intervención de su presidente, nadie excepto Manuel Fraga, pidiera la palabra. Esto, parece que ya es costumbre, y Fraga, lo hizo para argumentar “que ese día lo había aplaudido más que otras veces”.
Si alguna deducción podemos sacar relacionada con la participación de los asistentes es que: en un partido existe el debate y en el otro…..
Los asesores de uno y otro, advierten que para los populares el objetivo a batir es el presidente Zapatero, máxime cuando en estos momentos la crisis económica y su deriva del paro, le obliga a estar en el ojo de mira de la sociedad española.
La defensa de los socialistas es apoyar al presidente en sus políticas fiscales para construir una red social de protección a los más necesitados. Advertir que esta política socialdemócrata une al partido y por tanto, el cierre de filas está justificado.
El reto que ambos tienen de inmediato es el siguiente: PSOE, explicar con detalle las medidas que toman y para lo que sirven; además, planificar la acción de Gobierno de tal manera que la oposición no pueda encontrar argumentos de crítica.
Para el PP, lo más complicado es la concatenación de lo que dice y lo que luego hace. Ejemplo: crítica el gasto público que hace el Gobierno y luego, se ve obligado a votar a favor de la prestación de los 420 euros.
Esta breve reseña demuestra, que a pesar de las dificultades que hoy vive el PSOE, ello, no se traduce en un apoyo creciente al PP. Está demostrado que si quieres atender las necesidades básicas de la sociedad, el Estado se obliga a gastar y para poderlo hacer tiene que ingresar.
Ahí está la base contradictoria del Partido Popular.
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