12/06/2006

Sabor agridulce

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, introduce los incentivos económicos directamente relacionados con los objetivos conseguidos por los Hospitales y Centros de Salud.

Los objetivos son: reducir las listas de espera, hacer lo mismo con la estancia media de los enfermos en los hospitales antes de recibir el alta, ajustarse al presupuesto y cumplir los criterios de calidad asistencial.

La Consejería de Sanidad y los Sindicatos, destinan al completo incentivado la cantidad de 41,7 millones, repartidos entre 50.000 empleados. El hospital de Getafe, encabeza la lista de los objetivos logrados, seguido del Príncipe de Asturias, de Alcalá de Henares, Puerta de Hierro y La Paz.
A la cola se sitúan Ramón y Cajal, Doce de Octubre y el maltratado hospital de Leganés, el Severo Ochoa.

A este último hospital quiero dedicarle un especial comentario: no sabemos cuales son las razones ocultas que provocan que el consejero Manuel Lamela, emprende una cruzada contra los profesionales de este dignísimo hospital. Los tribunales de justicia han recibo un informe del Colegio de Médicos, donde se manifiesta que de todos los casos consultados y analizados no se detecta mala praxis en el tratamiento de enfermos terminales. Personas que por su edad y enfermedad llegaban a las urgencias del hospital en un estado, que no sería humano y profesional el no administrar los fármacos necesarios que aliviaran su padecimiento.

A pesar de todo, el Gobierno de Esperanza Aguirre y su consejero, mantienen la inquina contra los trabajadores del Severo Ochoa, implantando cambios en la estructura del hospital, cesando y nombrando a nuevos directivos que provocan que la clasificación arroje la última posición en la valoración de los hospitales de la Comunidad.

Nadie, hasta la llegada del Sr. Lamela, había desprestigiado tanto a este hospital, orgullo de una población cómo la de Leganés. En el año preelectoral que vivimos, el Gobierno popular de la Comunidad de Madrid, presidido por Esperanza Aguirre, debe recibir el mayor castigo electoral de la ciudadanía de Leganés, debido al malintencionado trato dispensado a su hospital y profesionales de la medicina.

El sabor agridulce se debe a la reflexión presentada y desde luego al vivir en una ciudad cuyo hospital, el Universitario de Getafe, ocupa el primer puesto en los parámetros de evaluación. ¡Felicidades Getafe!

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