El Partido Socialista Obrero Español, está necesitado de un
buena dosis de `catarsis política´ que le haga eliminar recuerdos que perturban
su equilibrio.
Desde que se anunciara su Congreso Extraordinario, mucho
se está escribiendo y analizando los movimientos internos de la cúpula dirigente
y su entorno. Es cierto que, lo que se conoce por plan A y luego B, no
encuentran su asidero en el diseño preestablecido debido al incógnito resultado
de `un militante un voto´.
Cosa esta, que al día de hoy, a nadie se le puede pasar
por la cabeza maquillar la consulta con perfiles que pudiera alterar el
proceso. Por tanto, por mucho que estén hablando entre secretarios generales y
emisarios, el resultado final se conocerá el 13 de julio, día en que la
militancia se habrá expresado.
Precisamente, entre los análisis que son acreditados
tenemos que reconocer que el `tumulto democrático´ lo ha puesto sobre la mesa
el diputado Eduardo Madina, que condiciona su proclamación a la candidatura de
la Secretaría General, a la irrenunciable consulta de los militantes.
A pesar de que todavía no conocemos sus proyectos de futuro,
ni los avales conseguidos, ni los candidatos finales resultantes, si
finalmente, Eduardo Madina estuviera en la lista de elegidos, intuyo que sería
uno de los candidatos con posibilidades serias de conseguir el respaldo mayoritario
de los militantes.
Entre sus cualidades y formación política, además de firme
conocedor del andamio interno del PSOE, está el hecho importante, de su
condición de parlamentario. Cosa está, nada baladí para poder ensamblar el
Grupo parlamentario con la nueva dirección del Partido.
Obviamente, serán otros muchos aspectos de su proyecto
político los que sumarán o restarán apoyos, pero a día de hoy y sin conocer
detalles de su postura sobre las elecciones primarias a la candidatura de la
presidencia del Gobierno, es una persona que puede impulsar la `catarsis´ que necesita
el PSOE.