Así define la ministra de Trabajo siguiendo el manual del
Partido Popular la situación que se está viviendo en España de cara a la
recuperación económica. Es decir, Fátima Báñez, no debe considerar creíble el
informe de Eurostat, que sitúa a España a la cabeza del paro en Europa.
El apelativo `sobre ruedas´ sólo lo podemos utilizar si
tenemos en consideración el informe de la Dirección General de Tráfico que dice
que durante esta semana tendremos 12.500.000 desplazamientos en nuestras
carreteras. Obviamente, muchas de estas salidas irán con destino a lugares turísticos
y consecuencia de ello, se contratara a desempleados para la los días más
concurridos. Ello, nos conduce a que las cifras del paro correspondientes al
mes de abril, digan que ha bajado el desempleo. Un espejismo transitorio.
La cruda realidad son los datos demoledores del estudio
que hace Europa sobre la situación del paro en España. Por tanto, por mucho que
el Partido Popular y sus dirigentes mediáticos al unísono, insistan en que
vamos a buena velocidad de recuperación, las cifras expuestas son dramáticas:
Andalucía con una tasa de paro del 36,3%, Ceuta con el
35,6%, Melilla 34,4%, Canarias 34,1%, y Extremadura 33,7% son las comunidades
de la Unión Europea con más paro. En los diez primeros puestos de la
clasificación de la UE también se encuentran Castilla-La Mancha en el puesto
número siete con el 30,1% y Murcia en el noveno lugar con el 29,4% de paro.
Datos correspondientes al año 2013.
Después de analizar estos datos, pienso en las personas
que estén viviendo en esta parálisis de trabajo y cómo valorarán las optimistas
declaraciones del Gobierno que preside Mariano Rajoy.
Pero, también valoro el sentimiento de la juventud que se
encuentre en esta situación, la misma noticia nos ofrece el particular momento
que viven:
Igualmente, el paro juvenil está a la cabeza entre las
diez tasas más altas de UE. Ceuta encabeza la lista con el 72,7% de paro,
Andalucía 66,1%, Canarias 65,3%, Extremadura 61,7% y Castilla-La Mancha 61,6%.
Esta severa realidad choca frontalmente con episodios de
estafa a las administraciones públicas, emanadas de las ayudas destinadas a políticas
de formación para desempleados. Primero, fue la Comunidad de Madrid, la que
está en proceso judicial para aclarar a dónde fue a parar el dinero que no se
utilizó para los cursos a los que iba destinado.
Ahora, más recientemente, la Unidad central de
Delincuencia Económica (UDEF) de la Comisaría General de la Policía Judicial ha
detectado un fraude masivo en los cursos de formación que se deberían haber
impartido en Andalucía y para los cuales recibieron subvenciones europeas entre
los años 2009 y 2013.
Esta es una noticia letal para el proceso preelectoral
que está en marcha. Con estas aves de rapiña instaladas en el sistema y la
falta de control sobre la gestión del dinero público es muy difícil hacer creer
que debemos participar en la elección de nuestros candidatos al Parlamento
Europeo. La Sociedad española estamos obligados a terminar con todo esto.
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