Recuerdo que cuando alguien preocupado por sus ahorros,
preguntaba en la oficina al director de turno de la extinguida Caja Madrid, sobre la seguridad
de su dinero, la respuesta era siempre la misma: “Si la Caja callera, España
estaría muy mal”. Toda una premonición.
Con la investigación que llevó a Miguel Blesa a la
cárcel, estamos conociendo las intrigas palaciegas que se traían entre sí y los
negocios que se generaban bajo el manto protector del que fuera presidente de
Caja Madrid.
A él, recurrían unos y otras para que fuera el asidero de
grandes compras de obras de arte y colocaciones con excelentes retribuciones.
Así, conocemos que su mentor el expresidente José María
Aznar, estaba interesado en que Caja Madrid, comprara varias obras de arte del
pintor y escultor Gerardo Rueda. Cuyo precio ascendía a 54 millones de euros.
Todavía nadie ha sabido el motivo de por qué Aznar, quería que se comprara la obra
del fallecido artista.
También la presidenta de la Comunidad de Madrid,
Esperanza Aguirre, solicitaba a Miguel Blesa puestos de especial retribución
para allegados que estaban fuera de los cargos públicos. Obvia decir, que el
presidente de la Caja, trataba de satisfacer a uno y otra, pero no siempre
encontraba facilidades entre sus colaboradores para que se aceptaran las
propuestas. Ya en ese tiempo se percibía la inestabilidad económica (2008 y 2009).
La Fundación a través de la cual se tenía que hacer la
operación para construir un museo, estaba dirigida por Rafael Spottorno, que
cuestiona el valor de la tasación de las obras. Esto, retrasa la negociación y
José María Aznar busca intermediarios que agilicen el asunto.
Ahora, sabemos que la fallecida consejera de Caja Madrid,
Mercedes De la Merced le manda un correo donde le dice al presidente Blesa, “que
Aznar está triste por la negativa de la Caja a su proyecto”. Igualmente, el
entonces alcalde de Madrid, “también está molesto”. Y, se ofrece ella, por si puede hacer algo.
Mientras todo esto sucedía, ya la Caja empieza a negar el crédito
a gran parte de sus clientes como consecuencia de su mala salud financiera que,
años después, acabaría en el mayor rescate bancario de la historia de España.
De esto, nos enteramos gracias a la investigación que
puso en marcha el juez José Elpidio Silva. Podemos concluir que el Partido
Popular prioriza la ayuda a sus amigos dejando morir a la mayor Caja de Ahorros
de España. Lo que vino después ya es conocido. Preferentes y otros productos de
alto riesgo para sus clientes.