La sociedad española valora cada día con más detalle la
manipulación informativa de las televisiones públicas. La consecuencia
inmediata es el abandono de espectadores. Luego vienen otras derivaciones.
Así, conocemos que el Canal 9 valenciano es el primer
ejemplo. Primero pierde la audiencia que ya no soporta la manipulación y el efecto
colateral es la falta de ingresos por ausencia de publicidad.
Allí, donde el Partido Popular lleva bastante tiempo
gobernando genera los mismos principios desordenados que hacen que el público
abandone la información de sus telediarios. En Madrid, la televisión autonómica
es otro vivo ejemplo de lo que sucedió en la Comunidad Valenciana. El final
está anunciado: `o se vende o se cierra´.
Con la llegada del Partido Popular al Gobierno de España,
en RTVE se procede a su reestructuración y pasados 100 días, en Televisión
española el efecto abandono ya empieza a ser palpable. Se puede entender ya
que, el jefe de los informativos viene de la escuela de Telemadrid. Por tanto,
la información diaria está al servicio de la voz de su amo.
Con un pequeño juego de observación lo podemos detectar.
Sabemos que las noticias de apertura de los telediarios son esenciales para la
continuidad del resto. Pues bien, siempre que hay algún acontecimiento de
protesta digno de destacar, la TV1 abre con otra noticia, y si inmediatamente pulsas
el mando a Tele 5, comprobarás que la apertura es distinta. Posteriormente
viene el desarrollo de la noticia.
Ese proceder, hace que los datos hablen por sí solos. El
Telediario de las tres de la tarde, de manera paulatina, ha perdido 800.000
espectadores, que prefieren seguir a Vicente Valles y Antena 3. El Telediario de las nueve
de la noche, a pesar de estar al frente Ana Blanco, ha perdido 848.000 seguidores
que eligen la información de Pedro Piqueras en Tele 5.
Comparar
las audiencias actuales de los informativos con las que se manejaban en los
tiempos de Fran Llorente resulta llamativo. En dos años, los telediarios han
perdido alrededor de un 30 por ciento de los espectadores.
Queda demostrado que la sociedad española queremos
información integral, no opinión descafeinada y manipulada.