El recorte presupuestario que aplica el Gobierno de la Generalitat que preside Artur Mas, está acaparando titulares de prensa día tras día. La reciente mayoría absoluta le permite aplicar la tijera en dos pilares fundamentales: Sanidad y Educación.
Ante una situación económica como la que vivimos, nadie se puede abstraer a la necesidad de reducir el gasto público. Ahora bien, el Estado, es un ente con las dimensiones adecuadas donde se puede aplicar recortes en múltiples departamentos.
Por tanto, la eficacia económica la podemos rentabilizar gestionando el presupuesto general. Esto, quiere decir que sí debemos reducir, pero no sólo haciendo recortes en Sanidad y Educación.
Al final, la sociedad catalana está desencantada con la política económica que aplica el Gobierno de Convergencia i Unió. A la vez que mete la tijera en los servicios públicos que utilizamos todos, también rebaja la presión fiscal a las rentas más altas. Eso, es lo esencial de la política conservadora catalana.
Es obvio, que con estos mimbres no ganaron las elecciones. El cambio llega después. Y, precisamente a ello, se refiere el veterano presidente catalán Jordi Pujol, al asegurar que los recortes económicos que hace su partido, serán los que harán la mayoría de los gobiernos tanto municipales como autonómicos después del 22 de mayo.
Entonces, la experiencia catalana debe encender las alarmas y hacernos reflexionar sobre la dirección que le damos a nuestro voto.
Queda demostrado que la eficacia y la eficiencia deben imperar en la gestión pública, pero también debemos tener muy claro que no siempre los ajustes se deben hacer en los servicios esenciales del Estado de Bienestar. Se deben aplicar en todos los aspectos y departamentos desde la A a la Z.
Este análisis es el que tenemos que llevar a cabo y observar con lupa el compromiso electoral que ofrecen los distintos partidos políticos. No debemos depositar nuestro voto contra una determinada opción política, debemos hacerlo a favor de aquel partido que demuestre sensibilidad y comprensión social con el electorado. Ahora más que nunca queda al descubierto los distintos idearios políticos. Derecha e izquierda.
Únicamente así, evitaremos la aplicación severa del diagnóstico que hace el veterano político catalán.