Estoy siguiendo con atención lo que se ha dado en llamar “caso Maravillas”. Vivo muy cerca del convento de las Carmelitas, donde murió la Madre Maravillas. Por tanto, mantengo contacto con bastantes católicos vecinos de Perales del Río, que admiran la persona de la monja.
Hay que decir, que la personalidad de la monja Maravillas, no había causado controversia social, incluso el proceso de su beatificación estuvo dentro de la normalidad.
La propuesta de un diputado del PP, para colocar una placa conmemorativa a la Santa, en el Congreso de los Diputados con el argumento de que allí hubo una casa donde nació la Madre Maravillas, desata una polémica que con toda seguridad se podía haber evitado.
Cuando el presidente del Congreso, José Bono, recibe la petición del diputado popular y la mesa del Congreso debate su aceptación, ya se está iniciando un capítulo complicado de solucionar.
Es conveniente recordar que el lugar elegido para la instalación pertenece a la sede de la soberanía de un Estado “aconfesional” y que por lo tanto, allí sólo se referencia a personalidades afectadas por los servicios prestados al Estado. Son los distintivos.
Precisamente por eso, y porque el Sr. Bono, conoce muy bien lo que significan, ¡nunca! debió permitir que la propuesta fuera debatida. Muchas personas nos sentimos abroncadas por su señoría, cuando en el homenaje a presos del franquismo se enarboló una bandera republicana en el Congreso. Bono, fue durísimo y no tuvo consideración con el símbolo. Le faltó talla política entonces y le ha faltado también ahora.
Si la Madre Maravillas, necesita un reconocimiento de la sociedad católica, hay mil maneras de hacerlo sin tener que provocar este conflicto que desemboca en la afirmación del presidente del Congreso, José Bono, llamando “hijos de puta” a sus compañeros del Partido Socialista. Además, provocando esta injuria, las risas de los diputados populares que le escuchan.
Ahora, no valen cortinas de humo argumentando la ausencia en el debate de la mesa de los representantes socialistas, que también debieron estar, pero la esencia del conflicto está, en admitir el debate sabiendo cual era el lugar elegido para colocar la placa. Tampoco decir que le han robado las palabras que ha dicho. Los medios de comunicación están para contarnos lo que se dice y se hace.
Intuyo que el caso no está cerrado.
Hay que decir, que la personalidad de la monja Maravillas, no había causado controversia social, incluso el proceso de su beatificación estuvo dentro de la normalidad.
La propuesta de un diputado del PP, para colocar una placa conmemorativa a la Santa, en el Congreso de los Diputados con el argumento de que allí hubo una casa donde nació la Madre Maravillas, desata una polémica que con toda seguridad se podía haber evitado.
Cuando el presidente del Congreso, José Bono, recibe la petición del diputado popular y la mesa del Congreso debate su aceptación, ya se está iniciando un capítulo complicado de solucionar.
Es conveniente recordar que el lugar elegido para la instalación pertenece a la sede de la soberanía de un Estado “aconfesional” y que por lo tanto, allí sólo se referencia a personalidades afectadas por los servicios prestados al Estado. Son los distintivos.
Precisamente por eso, y porque el Sr. Bono, conoce muy bien lo que significan, ¡nunca! debió permitir que la propuesta fuera debatida. Muchas personas nos sentimos abroncadas por su señoría, cuando en el homenaje a presos del franquismo se enarboló una bandera republicana en el Congreso. Bono, fue durísimo y no tuvo consideración con el símbolo. Le faltó talla política entonces y le ha faltado también ahora.
Si la Madre Maravillas, necesita un reconocimiento de la sociedad católica, hay mil maneras de hacerlo sin tener que provocar este conflicto que desemboca en la afirmación del presidente del Congreso, José Bono, llamando “hijos de puta” a sus compañeros del Partido Socialista. Además, provocando esta injuria, las risas de los diputados populares que le escuchan.
Ahora, no valen cortinas de humo argumentando la ausencia en el debate de la mesa de los representantes socialistas, que también debieron estar, pero la esencia del conflicto está, en admitir el debate sabiendo cual era el lugar elegido para colocar la placa. Tampoco decir que le han robado las palabras que ha dicho. Los medios de comunicación están para contarnos lo que se dice y se hace.
Intuyo que el caso no está cerrado.
2 comentarios:
Buenas noches.
Da gusto encontrar un blog (entiendo que socialista, o de un socialista) tan lleno de sensatez y sentido crítico. No se puede ser más mesurado y centrado en el análisis.
Hace unos días, por dar mi punto de vista sobre el comportamiento del grupo socialista en el Congreso en un blog amigo,... casi salgo trasquilado.
Yo también me considero un Librepensdor, como entiendo por lo que he visto de tu blog que eres tú, si bien mi pensamiento tiene sus fundamentos en la tradición Liberal y evoluciona hacia la escuela austriaca (Mises, Hayek,...)
Un placer poder saludarte y leerte.
Apreciado Rogelio, palabras como las expresadas por tí me hacen sentirme muy bien. Defiendo los modales correctos y la firmeza en las ideas. Esta postura a veces no es bien entendida y la consideran floja ideológicamente hablando. Nada más lejos de la realidad. Vivimos en el siglo XXI y la cultura debe ser eje que vertebre el debate.
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