La dirección de la patronal española hace aguas. El presidente
Rosell, no quiere que existan los funcionarios, gastan mucho papel. Esta
afirmación ha provocado que salga a la luz la relación de ayudas públicas que
la patronal recibe del Estado. Nada desdeñable, por cierto.
Subvención y dinero público que permite que muchos
colegas suyos puedan trabajar para la organización. Hoy, el vicepresidente
Fernández, capitán del grupo Cantoblanco, es protagonista de la noticia del
día: “Según manifiestan algunos trabajadores, las horas extraordinarias se pagaban
en sobres sin pasar por la nómina oficial”.
Es necesario recordar que este grupo de hostelería tiene
importantes concesiones públicas, presta servicio a las cafeterías de la
Asamblea de Madrid, el Congreso de los Diputados, IFEMA, RTVE, algunos hospitales como el
Infanta Leonor en la Comunidad de Madrid, y contratos con grandes compañías como
Metrovacesa, Unión Fenosa, y más.
Estamos ante un grupo que domina el arte de la adjudicación
administrativa de muchos estamentos públicos. Por tanto, la claridad y
transparencia en la gestión de la subvención que recibe tiene que ser
cristalina. El importe de los menús de sus señorías, en algunos casos, es más barato
que los menús escolares. Con la práctica de abonar en B parte del salario,
también se ahorra parte de la cotización a la Seguridad Social. Es decir, sumar,
ganar y presuntamente defraudar.
Mientras en las altas esferas de la patronal se tejen
estas ideas, y otras, que hacen afirmar que la “Reforma Laboral” tiene que ser
todavía más flexible, recordar que después de un año de andadura el resultado arroja 850.000 parados más.
Si profundizamos en el análisis, convenimos que a la
crisis económica con la falta de dinero circulante para el desarrollo empresarial,
salvando a los emprendedores de buena voluntad, concluimos que la dirección de
la patronal española no impulsa una apuesta clara para que la economía se pueda
reactivar. Se limita a criticar el empleo público y aprovecha todos los
mecanismos legales para adelgazar los recursos humanos de las empresas.
Con esta estrategia y con el apoyo de un Gobierno que
no le planta cara, estamos abocados al crecimiento de empleos precarios con
salarios reducidos que no pueden activar el consumo ¿HASTA CUÁNDO?