Posteriormente a la liberación de las cuatro azafatas, traídas a España, por el presidente francés, Nicolás Sarkozy, ayer el secretario español de Asuntos Exteriores, Bernardino León, regresó de Chad, con los tres pilotos españoles que todavía permanecían detenidos.
Desde que se produjo el frustrado traslado a Francia de los 103 niños que iban a ser adoptados por familias francesas, en una operación aparentemente irregular montada por la ONG francesa "El Arca de Zoé", cada día que pasaba y se iban conociendo los detalles de lo sucedido, y las maneras que la ONG, utilizaba para sacar a los niños de Chad, se podía intuir que la tripulación de la compañía chárter española Girjet, habían sido utilizados únicamente como instrumento de transporte. Está claro, que fueron contratados para realizar el viaje y nada conocían de los entresijos y montajes de la operación.
Esto, debió conocerlo el presidente francés, y así, parte de la tripulación y los periodistas pudieron regresar con él. En Francia, los medios de comunicación acostumbrados a los efectos mediáticos del presidente, provocó análisis irónicos y sarcásticos de lo sucedido. En cambio en España, a pesar del reconocido agradecimiento gubernamental del presidente Zapatero, José María Aznar, declaró sentirse "humillado" como español por la actitud del Gobierno.
Quede claro que éste, es un asunto turbio. Por lo tanto, la avergonzada sensación que le produce al Sr. Aznar, de nuevo lo pone en evidencia ante toda la opinión pública española.
Ahora, clarificada la situación de la tripulación (azafatas y pilotos), producto de las intensas y discretas gestiones de la diplomacia española, con resultado satisfactorio para los afectados, es obligatorio que los portavoces del Partido Popular, que tanto elogiaron el viaje relámpago del presidente francés, reconozcan públicamente el eficaz trabajo realizado por el Ejecutivo español. El primero en rectificar tiene que ser el propio Aznar.
Lección diplomática
Mientras, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, calificó durante su participación en la XVII Cumbre Iberoamericana de Chile al ex presidente del Gobierno español José María Aznar como "un verdadero fascista", al tiempo que criticó duramente a la patronal española y la acusó de haber sido parte de la "oligarquía empresarial" que apoyó el golpe de Estado de abril de 2002.
Ante este tipo de afirmaciones, el Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, le pide al Sr. Chávez, respeto para con la persona de un ex presidente español.
Estos comportamientos llevados a cabo en el quehacer diario del trabajo político, es lo que demuestra la diferente categoría personal de cada uno.
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