Después del debate del estado de la Nación ha quedado
demostrado y de manera casi unánime, que la España que nos presenta el presidente
Rajoy, no es coincidente con la visión que tienen el resto de portavoces de los
grupos parlamentarios.
De hecho, es la misma opinión que la mayoría de la
sociedad española tenemos de la situación que vivimos. Esta circunstancia es lo
que hace que este año multielectoral, se esté produciendo una renovación
política que recibe un apoyo importante en la encuestas de intención de voto.
De un lado están los partidos políticos que irrumpen con
fuerza, Podemos y Ciudadanos y de otro, Izquierda Unida con Alberto Garzón y
Partido Socialista Obrero Español y Pedro Sánchez.
La vicisitudes que este último partido vive internamente,
hace que cada día los analistas políticos conocedores de las intrigas internas
que este partido practica con frecuencia, ponga de relevancia que ex
mandatarios y ex presidentes del PSOE, en lugar de facilitar la labor del nuevo
Secretario General, se empeñen en tratar de diseñar un partido con el perfil
que a cada uno le interesa, para no se sabe muy bien, cual es el objetivo
final.
Hoy, me atrevo a decir que lamento profundamente las
iniciativas que está llevando a cabo el expresidente Zapatero. Dejando de lado
la intermediación entre empresas españolas y jefes de Estado de otros países
sin mirar el ideario político de los mismos, no contento con la nueva actividad
junto a otros ex dirigentes del PSOE, también anda tratando de impedir que
Pedro Sánchez se pueda sumar y consolidar al grupo de dirigentes políticos que
tiene la difícil tarea de regenerar la política de este país.
Cuando se lee con detenimiento el artículo de Esther Palomera, no consigue
una mente regular alcanzar todos los movimientos instigadores para tratar de
ayudar a poner a Sánchez, y posteriormente, cuando alguien con su equipo quiere
implantar su proyecto político propio, vamos y de nuevo movemos las bambalinas
para hacer caer al protagonista. Sinceramente, José Luis, para mí has perdido
todo el prestigio político que tenías reconocido. Mucho ánimo y sigue con tus
nuevos negocios. Los españoles del futuro estamos en otra onda donde no tienen
cabida los `lobbys´ manipuladores.