Nos endeudamos en construir ocho nuevos hospitales con la intención de acercar las prestaciones a los ciudadanos/as de la Comunidad y para ocupar las plazas creadas, tenemos que desmantelar los excelentes hospitales de referencia existentes.
Queda demostrado que han sido otros intereses los que han imperado y no la demanda real, lo que ha llevado a su construcción.
Esto, más los distintos modelos de gestión, el trasiego de profesionales y las variadas empresas que prestan sus servicios, nos conduce a la necesaria reflexión de tener que buscar soluciones consensuadas.
Ante esta palpitante realidad, Tomás Gómez, secretario general del PSM, en su encuentro con la presidenta de la CAM, Esperanza Aguirre (PP), le propone constituir una comisión parlamentaria plural en la Asamblea de Madrid, que trabaje en la solución de los problemas que existen.
La noticia fue, que la presidenta en un alarde de lucidez y agudeza, acepta la propuesta y todos los madrileños recibimos el acuerdo con alborozo. Por fin, con la aportación de todos los grupos políticos se podía encontrar el camino que nos lleve a una buena conclusión.
Pero la alegría nos ha durado poco. Donde dije digo, digo Diego, y la sorpresa es que las normas de funcionamiento de la comisión son acordadas unilateralmente por el PP de Madrid, y además con límite de duración.
Conclusión: una trampa para el día de la foto y la reafirmación prepotente de que los objetivos son otros distintos a los sanitarios.
El Partido Socialista de Madrid, lo hace público para conocimiento de todos y declara su intención de crear un modelo de comisión que cumpla los objetivos de realizar un diagnóstico de la situación caótica que padece la sanidad madrileña y de plantear soluciones.
Ahora, quedará demostrado si el Partido Popular, considera un asunto prioritario el que los madrileños/as, recibamos un servicio sanitario público de calidad.