La mayoría de los gobiernos autonómicos que dirige el Partido Popular hacen una apuesta clara por la reducción del gasto. Sólo aplican recortes y despidos sin acometer las políticas fiscales que incrementen los ingresos.
Así, se produce un estado de alarma que va a provocar una recesión muy significativa en el consumo. Y, es conocido que sin consumo no se reactiva la economía.
Por eso, no entiendo a la dirección de la patronal española que insiste en este tipo de políticas y además, exige que los jóvenes con baja formación se acojan a contratos de aprendices hasta los 33 años.
Pero, conociendo el paño de la patronal me genera una preocupación nada desdeñable. A qué se le llamará baja formación y dónde pensarán poner el corte formativo.
Este panorama produce un efecto de incertidumbre que hace pensar que los sindicatos tienen que exigir al Gobierno mucha claridad en la Ley que regule este tipo de contratos. La sociedad estamos obligados a no aceptar resignadamente que no queda otra salida que la reducción, recortes y más de lo mismo.
Observo, que la reforma de la Constitución se puede convertir en el detonador que aglutine a diversas generaciones con el mismo objetivo: “No pude existir una sociedad privilegiada intocable y otra que soporte todas las políticas restrictivas”.
Ya empiezan a escucharse las voces que pedimos que los sacrificios económicos tengan que ser compartidos por todos. Además, abiertamente se dice que nuestros representantes legales, legislan y aprueban leyes para los demás y ellos, mantienen sus sueldos y prebendas asignadas sin renunciar a ninguna de las partidas. Luego, tenemos a los consejeros delegados de las empresas y financieras con sueldos millonarios.
Este ambiente de calado como la lluvia fina, no es bueno para el objetivo marcado: “Confianza en la economía española”.
Por muchos recortes y ajustes, si no se consigue un equilibrio de gastos, ingresos y consumo no superamos la situación que vivimos. Quizás pensemos que un Gobierno del Partido Popular, es la solución para el 20-N; pero mirando los resultados de la política que aplican allí donde gobiernan la incertidumbre de la recesión económica es una amenaza que nos acecha.