La historia no se puede repetir

Ha tenido que ocurrir la muerte de los jóvenes para que todos los medios de comunicación y autoridades en general, se hagan eco de la celebración de una fiesta marginal en Perales del Río, Getafe.

Los vecinos no sabíamos el nombre que este tipo de encuentros en espacios abandonados reciben, lo que sí conocíamos y así lo denunciábamos era lo que estaba pasando con el deterioro físico de las personas que participaban en este tipo de "fiestas".

Incluso, en años pasados se publicaron noticias relacionadas con estos encuentros debido a otros incidentes mortales que la juerga en el cortijo abandonado generaba al salir del recinto.

Siempre ha estado muy complicado el controlar este tipo de convocatoria. Por un lado la policía local no podía actuar en la carretera que conduce al recinto abandonado. Es competencia de la Dirección General de Carreteras de la CAM, por otro, este caserón tiene propietarios. Así, uno tras otro, los años han pasado y el resultado final es la trágica muerte de dos jóvenes.

Para demostrar que era conocido y que se tomaron “medidas” sirva esta foto de la entrada al caserón. Como medida disuasoria se determina depositar a su alrededor una importante cantidad de lodos frescos (fango) de las depuradoras cercanas para impedir el acceso a la "fiesta". Esto, hizo su efecto temporal hasta que se produjo el secado al aire libre de los lodos y cuyos olores los vecinos tuvimos que padecer, además de las moscas salvajes que generan. Superada la fase de secado, me imagino que el camino de nuevo es accesible.

La historia no se puede repetir. El edificio abandonado tiene que ser derribado en su totalidad.

Lo último sobre el suceso: La Comunidad de Madrid dice que la expropiación de la finca de la "rave" esta aprobada. Es responsabilidad del Ayuntamiento de Getafe ejecutarla.

Rectificación de lo anterior: La Comunidad no llegó a aprobar la expropiación de la finca del "rave".