La gran riqueza de la democracia participativa genera que los votos de los ciudadanos produzca la alternancia política. La ciudad de Getafe, ha sido una de ellas. Tras 28 años de Gobierno socialista, presidido por Pedro Castro, la voluntad de los votantes conduce a Juan Soler (PP) a la presidencia de la alcaldía.
Es tradición analítica hacer leña del árbol caído y en Getafe, no seríamos justos si olvidáramos todo el trabajo y la entrega personal que Pedro Castro ha tenido para con la ciudad a lo largo de su vida política. Ahora bien, reconociendo el hecho, también debemos los socialistas valorar que han existido fallos y decisiones erráticas. Cuestiones éstas, que dentro y fuera la agrupación socialista comentábamos en privado. Por tanto, TODOS SOMOS CULPABLES.
Dentro de la culpabilidad existen dos maneras: por acción u omisión. La primera, tiene como protagonistas a los responsables que toman las decisiones. En la segunda, entramos tod@s l@s militantes que hemos mirado para otro lado conscientes de que las cosas no se estaban haciendo bien. Pero, no tuvimos la suficiente valentía para plantear el debate.
Ahora, Pedro Castro, decide asumir la portavocía del grupo socialista y de nuevo, se crea el dilema: ¿acertado o erróneo?
Personalmente, soy de los que piensan que dentro del contenido que nos han mandado los votantes, está el que indica que los socialistas debemos tener un relevo político. Proceso éste, que lleva implícito varios factores a poner sobre la mesa del debate. Y, también, de nuevo, podemos aplazar la decisión.
Mientras, la vida continúa, la sociedad participa de las fiestas, y los amigos se saludan y susurran.