Mal muy mal, deben estar los dirigentes del Partido Popular de la Comunidad valenciana. Lo que se consideraba como despecho de un sastre profesional que era despedido de su empresa, se está convirtiendo en el gran escándalo político de los trajes regalados.
También lo que parecía una más que sospechosa conversación telefónica de amigos del alma, está encontrando base sólida jurídica de regalos que unos pagaban y otros recibían. Los pagadores, algunos encarcelados y los receptores entre ellos el presidente de la Comunidad valenciana, Sr. Camps, (PP) en fase de imputación jurídica muy avanzada.
Esto, debe tener unas consecuencias políticas muy graves de seguir por el camino que lleva. Así lo ha debido apreciar la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, (PP) sospecho que con el ánimo de crear una cortina de humo y distraer a la opinión pública, declara que recibir trajes regalados para varios dirigentes populares, de empresas que luego obtenían contratos del Ejecutivo valenciano, es lo mismo que recibir las anchoas que muy hábilmente publicita y regala cuando viene a Madrid, el presidente de Cantabria, Sr. Revilla.
Esta comparación es la cosa más tonta e insulsa que se le puede ocurrir a un gestor político. Decía al principio que deben estar muy tocados por el caso y estas declaraciones lo demuestran.
Es decir, lo que es explicado abiertamente por el Presidente cántabro y aplaudido por la industria conservera que representa, debido a la publicidad gratuita que le reporta, la Sra. Barberá, lo compara con los resultados de una investigación judicial que puede acabar en acusación de cohecho. Lo dicho, de los nervios total.
Y mientras tanto, Mariano Rajoy, silencioso. No es para menos, recientemente en la campaña europea, hacía una apuesta clara y decisiva de apoyo a su compañero valenciano. Esperanza Aguirre, con fina ironía afirma que ella, está de acuerdo con todo lo que hace la dirección de su partido.
Ya veremos si a consecuencia de los dichosos trajes, no quedan todos afectados. Y encima al no conocerse las marcas, no se benefician de la publicidad que sí obtiene el presidente Revilla para las anchoas.
También lo que parecía una más que sospechosa conversación telefónica de amigos del alma, está encontrando base sólida jurídica de regalos que unos pagaban y otros recibían. Los pagadores, algunos encarcelados y los receptores entre ellos el presidente de la Comunidad valenciana, Sr. Camps, (PP) en fase de imputación jurídica muy avanzada.
Esto, debe tener unas consecuencias políticas muy graves de seguir por el camino que lleva. Así lo ha debido apreciar la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, (PP) sospecho que con el ánimo de crear una cortina de humo y distraer a la opinión pública, declara que recibir trajes regalados para varios dirigentes populares, de empresas que luego obtenían contratos del Ejecutivo valenciano, es lo mismo que recibir las anchoas que muy hábilmente publicita y regala cuando viene a Madrid, el presidente de Cantabria, Sr. Revilla.
Esta comparación es la cosa más tonta e insulsa que se le puede ocurrir a un gestor político. Decía al principio que deben estar muy tocados por el caso y estas declaraciones lo demuestran.
Es decir, lo que es explicado abiertamente por el Presidente cántabro y aplaudido por la industria conservera que representa, debido a la publicidad gratuita que le reporta, la Sra. Barberá, lo compara con los resultados de una investigación judicial que puede acabar en acusación de cohecho. Lo dicho, de los nervios total.
Y mientras tanto, Mariano Rajoy, silencioso. No es para menos, recientemente en la campaña europea, hacía una apuesta clara y decisiva de apoyo a su compañero valenciano. Esperanza Aguirre, con fina ironía afirma que ella, está de acuerdo con todo lo que hace la dirección de su partido.
Ya veremos si a consecuencia de los dichosos trajes, no quedan todos afectados. Y encima al no conocerse las marcas, no se benefician de la publicidad que sí obtiene el presidente Revilla para las anchoas.
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