La ciudadanía española ha cumplido con su deber
democrático. Aunque la participación no ha llegado a la cifra del 20-D, ha sido
lo suficientemente representativa como para exigir a los representantes
políticos elegidos cumplir con su obligación política y que formen Gobierno.
En la ya clásica noche electoral, y a pesar de que todos
los grupos políticos tratan de dulcificar los resultados, el 26-J quien ha
ganado las elecciones ha sido el Partido Popular. Esto, le carga de
responsabilidad para que sin demora empiece a buscar las posibles alianzas que
le permita al PP formar Gobierno.
Es verdad, que los resultados no facilitan los acuerdos
de inmediato, pero ello, no puede desembocar en la orfandad de no lograr
Gobierno.
El PSOE, si bien ha conseguido que la hegemonía
socialdemócrata esté referenciada con ellos, no puede estar satisfecho después
de perder votos y escaños.
A Unidos Podemos, los malditos datos demoscópicos le han
jugado una mala pasada, fue tanta la insistencia del logro para convertirse en
la segunda fuerza política, que la realidad de las urnas les provocó una
inusitada desilusión.
Ciudadanos, ha pagado en las urnas con la pérdida de
votos y escaños, el acuerdo firmado para lograr el pretendido Gobierno con el
PSOE.
Ahora bien, dentro del abanico de posibilidades que están
abiertas, la dirección popular tiene que demostrar su capacidad de alcanzar
acuerdos con alguno o varios grupos políticos. Si esto, no fuera posible, de
nuevo los dirigentes socialistas tendrían que tomar las riendas, corrigiendo
los errores anteriores, y lograr el tan deseado Gobierno para España.
Los resultados obtenidos por cada uno de los grupos
políticos del arco parlamentario, hace que se genere las siguientes combinaciones
posibles de Gobierno.