Interesante exposición de la realidad económica que
vivimos y sobre todo centrada en la crisis que se cierne sobre la entidad
madrileña por excelencia, Bankia. Esto, conviene tenerlo muy presente debido a
los gobiernos que han presidido la Comunidad de Madrid.
Ha sido bajo la dirección de los diversos gobiernos
populares cuando se ha ido fraguando el desastre económico que para colmo se remata
con la fusión de Bancaja, otra entidad producto de la gestión popular en la
Comunidad Valenciana.
Ahora, llegados a este punto, nos transmite la firme
decisión del Gobierno para evitar que una entidad financiera de esta
importancia pueda quebrar. Así, garantiza que los depósitos de los ahorradores
están asegurados por el Estado. También ha dejado claro que cuando Bankia
esté saneada será vendida y el Estado recuperará el dinero público invertido.
Es decir, la intervenimos pero el Estado no impulsa la creación y consolidación
de una gran banca pública.
Muy curioso ha sido valorar que no tiene intención de
crear una comisión de investigación parlamentaria que aclare por qué hemos
llegado a esta lamentable situación. Igual de llamativo ha sido conocer que no
está dispuesto a buscar ingresos allí donde se pueda recaudar. Siempre
referidos al pago del IBI del cual está exento la Iglesia Católica. Hemos podido
conocer en su alegato que igualmente, existe una relación de entidades que debido
a su configuración estatutaria tampoco lo pagan.
Ante esta realidad y consecuencia de la situación
económica que vivimos, el Gobiernos está obligado a reconsiderar todas estas prebendas
y exigir a todos contribuir con sus impuestos derivados de las propiedades escrituradas
a su nombre al sostenimiento del Estado. No se puede aceptar que ante la grave
situación económica que estamos atravesando no paguemos todos.