Este proceder, si no fuera por el daño que hace primero a las personas aludidas y luego a las instituciones que representan sería pura anécdota de mercadotecnia política. Por ello, la sociedad madrileña en particular y la española en general no debemos seguirle el juego calumniador. Y estamos obligados a denunciar públicamente el juego hipócrita.
Casos tenemos. Al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, lo define como un sindicalista retrógrado y piquetero. Titular primero. Luego al día siguiente, le llama por teléfono y le pide disculpas si se ha sentido ofendido. Titular segundo.
En general, todo el Partido Popular tira de manual y se instala en la retahíla de las escuchas telefónicas. Nadie ha podido demostrar con datos y pruebas que el Gobierno ha espiado a nadie de los populares. Pero, eso no es impedimento para que la “lideresa madrileña” dé un paso más, y señale directamente como responsable de las escuchas y la grabaciones que están el los juzgados, aportadas como pruebas de los supuestos corruptores de la trama del caso Gürtel, al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Explosivo titular primero y al día siguiente, rectificación. Segundo titular: La presidenta madrileña afirma que existen escuchas sobre miembros de su partido aunque descarta que hayan sido encargadas por Interior.