En este momento, cuando el Partido Popular está atravesando un momento complicado de organización interna con procesos judiciales abiertos en varios frentes, consecuencia de presuntas irregularidades de financiación y espionaje, la famosa foto de los cazadores, les ha supuesto un balón de oxigeno justificativo para sacar la virulencia que tienen acumulada. Y rápidamente implanta el discurso rancio del pasado.
Además, el hecho provoca la ficticia foto de unión para defenderse de lo que ellos, dan en llamar: “La trama contra el Partido Popular”. Es decir, cuando los servicios judiciales tienen en su haber importante documentación y grabaciones que relacionan directamente a responsables del PP, con las irregularidades económicas y servicio de espionaje y vigilancia; la practica de una afición personal supone un “regalo” del Gobierno, a la oposición.
Se puede mirar para otro lado, pero con todo lo que está cayendo, que el Juez instructor del caso, coincida en una montería y cena con el Ministro de Justicia, es algo que el más lerdo de los políticos utilizaría para defenderse y justificar “la supuesta conspiración” que se está utilizando contra su organización política.
Tenemos que recordar que el Partido Popular con sus adlátares mediáticos, son especialistas en crispar el ambiente. Ellos, ventilan a los cuatro vientos la persecución y ya tenemos instalado el escenario enrarecido. Situación ésta, que como decía al principio, detesta la sociedad.
Tampoco se comprende que para cumplir la Ley de Memoria Histórica, el Alcalde de Zaragoza, suprima el nombre de una calle destinada a un militar franquista y se sustituya su nombre por el de Escrivá de Balaguer, beato del Opus Dei, que practica en su diario religioso la separación educativa de niños y niñas.