Quiero advertir que soy una persona humilde que lleva una vida sencilla y casi monótona, por tanto, la agencia de espionaje madrileña nada sobresaliente pueden encontrar si deciden seguirme.
Dicho lo cual, y dándole vueltas a cómo han podido urdir una vigilancia paralela a los servicios de Seguridad del Estado, no encuentro otra explicación que el objetivo de manipular, chantajear y sobornar.
La vez del “tamayazo” le salió bien al Partido Popular de Madrid y por extensión a Esperanza Aguirre. Ahora, intuyo que les toca perder.
Los tribunales de Justicia y las acusaciones mutuas de los afectados, les llevarán a una situación política insostenible. Máxime cuando ¡nunca! en la historia reciente de la democracia, se había conocido espionaje público pagado con dinero del contribuyente de tal magnitud.
El poder acumulado por el Sr. Granados, con el visto bueno de la Presidenta, le insufló tal soberbia que pensó que todo valía con tal de controlar a los adversarios políticos.
Llegados a esta situación más pronto que tarde, Granados tendrá que presentar su dimisión –aunque sea por motivos personales- si no lo hace, la responsable directa, será Esperanza Aguirre, la que tendría que abandonar su carrera política. Y si, ni el uno, ni la otra abandonarán los cargos que ejercen, por extensión lo tiene que hacer el presidente nacional del PP, Mariano Rajoy.
Esta novela, como dice Granados, está basada en hechos reales y consecuencia devenida de que los españoles ¡jamás daremos nuestra confianza mayoritaria a un partido que nos espía y vigila!
Esta vez, la ambición del Gobierno de la Comunidad de Madrid, arruina al Partido Popular.