El pasado mes de mayo, después de la conocida reunión del ECOFIN (Consejo de Economía y Finanzas) de la Unión Europea, el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, anuncia a todos los españoles una serie de medidas económicas que rompe la política social que estaba aplicando desde el año 2004.
En ese fatídico mes, en este espacio manifestaba que tales acuerdos y medidas eran difíciles de “asimilar” habida cuenta que las políticas sociales eran el buque insignia del Partido Socialista Obrero Español.
Consecuencia de tal decisión y analizando las capas sociales más afectadas, provoca que los sindicatos convoquen la huelga general el 29 de septiembre con el eslogan ¡ASÍ NO!
Es verdad que según los informes económicos de Bruselas, los gobiernos europeos estaban obligados a corregir el déficit público, pero somos infinidad las personas que pensamos que además de funcionarios, pensionistas, cargos electos y empleados públicos, las entidades financieras y grandes fortunas tienen que hacer un esfuerzo económico proporcional a sus ingresos y rentas. Hasta hoy, esa es la asignatura pendiente del Gobierno Zapatero. El gran capital culpable de la crisis económica todavía no está soportando la carga que le corresponde.
En el último Comité Federal del PSOE, Zapatero anuncia a los presentes que pondrá en marcha "una nueva agenda social". Se trata de atender a los más afectados por la crisis: los jóvenes y los parados de larga duración.
Como el acuerdo corrector afecta a todos los gobiernos, apreciamos que las medidas adoptadas por el Gobierno de Francia presidido por el conservador Nicolás Sarkozy, está generando una ola de huelgas, protestas y manifestaciones desconocidas desde mayo del 68.
Además, en el Reino Unido, la complicada situación económica hace que los ingleses decidan con sus votos que los laboristas dejen el Gobierno y que tomen las riendas de la gobernabilidad la coalición formada por David Cameron, Partido conservador y Nick Clegg, Partido liberal.
Es muy importante recordar que los electores retiran su confianza al Partido laborista, y al primer ministro Gordon Brown, por anunciar ajustes económicos.
Ahora, el actual gobierno conservador-liberal anuncia que: Al menos 300.000 trabajadores del sector público pueden perder su empleo en los próximos años como consecuencia de las medidas que adopte el Gobierno de coalición liberal-conservador británico para recortar el déficit de 156.000 millones de libras (179.400 millones de euros), según los cálculos del dominical The Sunday Times.
Es obvio que las comparaciones son odiosas, pero esta es la realidad que diferencia a los gobiernos conservadores y progresistas.
Los electores españoles tenemos que tener mucho cuidado con los “cantos de sirena que nos hace el Partido Popular”.
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