La trama económico financiera inmobiliaria de Marbella, con los más altos cargos públicos del Gobierno municipal detenidos, es el desenlace final de una confabulación corruptiva anunciada. Especialistas en la materia, aseveran que esto, sólo es el principio de lo que puede venir.
El difunto Jesús Gil, ya tuvo que demostrar ante los tribunales la procedencia de dineros marbellíes entregados al club futbolístico Atlético de Madrid. La gestión llevada a efecto con la implantación de subterfugios en la gestión del presupuesto municipal y la irracional concesión de licencias urbanísticas durante todos estos años (30.000 viviendas) ilegales, construidas por doquier en todo el municipio, crea y deja una escuela que hasta los más lerdos de sus discípulos/as han seguido practicando hasta dar con sus huesos en la cárcel.
Es verdad, que los hoy imputados y encarcelados con sus fortunas acumuladas, esperan que la justicia al final sea benevolente, y después de una temporada a la sombra, salir de la cárcel y disfrutar de los bienes sustraídos –de mil maneras-, a esa sociedad que les votó y les confió la gestión del patrimonio marbellí.
Desde la Consejería de la Junta de Andalucía, afecta a la competencia urbanística, declara que todavía no saben el devenir de las mencionadas 30.000 viviendas construidas ilegalmente. Los tribunales de justicia tienen que pronunciarse sobre su futuro. Con todo lo que esto puede suponer para el interés general de los propietarios.
El desastroso ejemplo de Marbella, nos tiene que dejar la lección de que iluminados populistas ¡nunca deben llegar al poder! Es cierto, que si esto ocurre se debe al desencanto que los grupos políticos serios y con prestigio democrático –en un momento determinado-, provocan sobre el ciudadano/a y no consiguen atraer su fidelidad electoral.
Y la otra lectura es, que este caso no puede ni debe cerrarse, así, sin más, con condenas mas o menos ejemplarizantes para los acusados. El Gobierno de la Nación, Gobiernos Autonómicos y Poder Judicial, tienen la obligación de legislar cuantas leyes sean necesarias para que la aplicación ejecutoria de las mismas, impida que tropelías como las que estamos viviendo se vuelvan a repetir.
El urbanismo no puede ser la fuente principal de financiación municipal.
El difunto Jesús Gil, ya tuvo que demostrar ante los tribunales la procedencia de dineros marbellíes entregados al club futbolístico Atlético de Madrid. La gestión llevada a efecto con la implantación de subterfugios en la gestión del presupuesto municipal y la irracional concesión de licencias urbanísticas durante todos estos años (30.000 viviendas) ilegales, construidas por doquier en todo el municipio, crea y deja una escuela que hasta los más lerdos de sus discípulos/as han seguido practicando hasta dar con sus huesos en la cárcel.
Es verdad, que los hoy imputados y encarcelados con sus fortunas acumuladas, esperan que la justicia al final sea benevolente, y después de una temporada a la sombra, salir de la cárcel y disfrutar de los bienes sustraídos –de mil maneras-, a esa sociedad que les votó y les confió la gestión del patrimonio marbellí.
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2 comentarios:
Well done!
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