27/04/2006

Madrid lo debe parar

El triangulo cultural formado por los museos REINA SOFÍA, THYSSEN BORNEMISZA y museo del PRADO, son los que en Madrid configuran el eje de la cultura que va desde el Paseo del Prado a el Paseo de Recoletos. Este paseo, es visitado y transitado por miles de ciudadanos de todo el mundo. Además del atractivo cultural que lo compone, está cubierto por centenares de árboles que lo cubren.

El proyecto del Ayuntamiento madrileño prevé cortar o desplazar cerca de 700 árboles para agrandar el espacio peatonal del Paseo del Prado, entre ellos los plantados a finales del siglo XVIII del Palacio Villahermosa, situado cerca del museo del Prado y el Reina Sofía, donde se exponen desde 1992 las colecciones Thyssen-Bornemisza.


ENTRADA AL MUSEO THYSSEN BORNEMISZA


La baronesa Thyssen bloquea la venta de su colección

Carmen Cervera, la baronesa Thyssen, se ha negado a continuar las negociaciones para vender su colección de arte privada al Estado, para protestar contra la tala de los árboles centenarios del Paseo del Prado, "Todo el mundo sabe que si los árboles son replantados, morirán", explicó la baronesa, que amenazó con atarse a un árbol para impedir que "les mate". Además, según ella, el Paseo del Prado se transformará así en una "zona desértica con un calor de morirse en verano" y se convertirá en una autopista, donde los autobuses de turistas y escolares no podrán parar”.

La baronesa ha iniciado una campaña pública contra las obras previstas, ya que delante de la puerta de entrada se construirán 5 carriles para los coches. La remodelación prevista prevé ubicar toda la circulación en un extremo de los paseos y enfrente la zona peatonal.

Ayuntamiento mantendrá el trazado previsto

El problema del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid, es que de nuevo pretende acometer unas obras que ningún ciudadano de Madrid solicita o reivindica. En este caso, es tan coherente la defensa que hace Carmen Cervera, que todos lo madrileños al unísono deberían de oponerse contundentemente a la ejecución del proyecto tal cual, está diseñado.

Las ciudades deben de acometer remodelaciones de actualidad, pero siempre respetando el medio natural, que en el caso que nos ocupa, -si los madrileños no lo paran-, convertirá un paseo sombreado y protegido en un desierto de asfalto intransitable cargado de monóxido de carbono.

Lleva razón Trinidad Jiménez, portavoz del Partido Socialista en el Ayuntamiento de Madrid cuando dice: “El alcalde tala los árboles y nos planta parquímetros”.

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