Si algún inconveniente tiene el cargo es la entrega en dedicación exclusiva las 24 horas del día. Entonces, se comprende que si la seguridad y el ejercicio del trabajo indican que la protección debe ser la máxima, hay que utilizar todos los medios que garantice que se logra el objetivo. Si el avión es el más aconsejable, la seguridad del Presidente tiene prioridad sobre los dimes y diretes de la oposición.
Luego hemos conocido que Mariano Rajoy, cuando estuvo en el Gobierno de Aznar, también su agenda le obligó, aunque coincidiera con actos electorales, a usar los aviones del Ejército español.
Es decir, los populares se enrocan con este asunto, entretienen intencionadamente al personal y los días pasan. Y lo hacen de manera intencionada para descalificar el trabajo del Presidente y sembrar el desánimo en las personas más sensibles a este tipo de debate. Ellos, saben que entre la clientela conservadora estos asuntos no causan efecto alguno. En cambio, dentro del mundo del pensamiento progresista donde somos más exigentes con las formas y los modos, puede provocar alejamiento de las urnas.
Llegados a este punto, cabe preguntarse, la sociedad española qué podemos hacer:
Lo primero, saber que esto, no es lo sustancial de lo que nos jugamos el 7 de junio. La Europa resultante de los votos es crucial para nuestras vidas.
Lo segundo, todas las personas que tengan una tribuna mediática incidir y denunciar que no queremos falsos debates. Necesitamos conocer profundamente las propuestas que se nos ofrecen para acudir con nuestro voto en su apoyo.
Tercero, y fundamental, queremos políticos y políticas con mayúscula. ¡Basta ya de mediocres matadores de tiempo!
Manifiesto sinceramente que no me importa si Jaime Mayor Oreja, acude a misa los domingos en coche oficial, lo importante y lo que tiene consecuencias es su pensamiento ideológico.