Desde el mundo de la blogosfera estamos obligados a sumarnos al sentir mayoritario de la sociedad que piensa que las cosas se están complicando en el llamado “proceso de paz”. La presión que recibe el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, desde sectores de la derecha (PP) y de la izquierda abertzale, altera el procedimiento que se debe seguir.
Por lo sintetizado y bien estructurado de la exposición de la realidad que vivimos, adjunto la editorial que el Periódico publica hoy:
Días críticos para la paz
El histórico proceso de paz del País Vasco vive momentos críticos. Los continuos altercados callejeros, la demostración de fuerza aberzale en la manifestación del sábado, el segundo capítulo de la huelga de Iñaki de Juana Chaos, pero, de manera especial, la agresión a los policías municipales de Bilbao y el asalto a la sede socialista de Barakaldo colocan al Gobierno en una encrucijada de difícil solución y hacen vislumbrar un futuro incierto en el que el Partido Popular puede tener la ganancia de los pescadores en río revuelto.
El Ejecutivo de Zapatero tuvo la valentía de iniciar un proceso en el que apostaba buena parte de su crédito político, pero se ha encontrado con decisiones judiciales difíciles de digerir, con la cerrazón de la derecha --que antepone intereses partidistas-- y con una actitud recalcitrante de los sectores independentistas, que parecen preferir el amago y el chantaje antes que el juego limpio. Por si fuera poco, y a pesar de lo que diga Arnaldo Otegi, no es suficiente confiar en la "voluntad manifiesta y fehaciente" de ETA en torno a su adiós a las armas, sino que se precisa una verificación explícita que no aparece por ninguna parte casi ocho meses después del alto el fuego.
La gravedad extraordinaria de los incidentes y el acoso a que se ve sometida la paz no pueden acabar en un derribo definitivo. Con el aumento cuantitativo de la violencia, si es que se trata de una estrategia de la negociación, corremos el riesgo de padecer un más allá cualitativo que destrozaría cualquier atisbo de esperanza. Tres años y medio sin asesinatos es un activo de enorme trascendencia que, de ninguna manera, ni humana ni políticamente, la sociedad española puede perder.
Quiero pararme en el párrafo “un futuro incierto en el que el Partido Popular puede tener la ganancia de los pescadores en río revuelto”. La sociedad en general debe conocer que esta estrategia de presión desde la derecha existe. Y que su objetivo es llegar a las próximas elecciones con la asignatura pendiente para intentar demostrar que el Gobierno es incapaz de lograr un mínimo principio de paz.
Aunque el Partido Popular, haya hecho bandera de obstrucción al proceso; las otras partes por respeto a los datos que la Presidencia de Gobierno vasco nos ofrece del sentimiento de la ciudadanía vasca, están obligados a rectificar.
- Un 85% de los ciudadanos tiene esperanza de que en los próximos años se consolide la paz en Euskadi.
- Un 88% de los ciudadanos vascos se muestra de acuerdo con el punto sexto de la resolución aprobada por el Parlamento europeo, en el que se aboga por el diálogo como medio de solución al conflicto vasco.
- Además, un 77% cree que este apoyo del Parlamento europeo al diálogo "nos acerca a la paz.
Insisto, se debe anteponer el deseo de paz de los pueblos a cualquier estrategia e interés que vulnere esa voluntad. Quienes no atiendan esta máxima ¡que no duden que lo pagarán en las urnas!