Entramos en la recta final de una semana desconcertante. Mucho se ha escrito y comentado acerca del nombramiento del candidato socialista a la alcaldía de Madrid. Después de todo lo especulado –ahora sí, ahora no- llegamos al día de hoy, igual que estábamos.
El resultado final, es que todavía no se conoce al candidato/a que va a competir en la carrera por alcanzar la alcaldía de la capital de España. Hay que reconocer que esta situación no es la normal dentro de una organización como la del Partido Socialista Obrero Español. La antigua Federación Socialista Madrileña, deja una complicada herencia al hoy, Partido Socialista Madrileño, cuya secretaría general preside Rafael Simancas. Hasta el punto - obligado recordar-, que hoy no se preside la CAM, debido a la deserción de dos diputados el día de la elección del presidente.
A la confusión interna socialista, hay que añadir la apuesta firme y decidida que el Partido Popular hace por ganar y mantener la Comunidad y Alcaldía de Madrid. Todo ello, provoca la necesidad de encontrar al mejor candidato/a con prestigio reconocido que ayude a recuperar las codiciadas plazas.
Llegados a este punto, es donde entran en juego las distintas maneras de trabajar dentro de una organización política. Independientemente de sí se está gobernando o en la oposición, y desde el más reducido municipio a la presidencia del Estado, siempre debe crearse un equipo de personas con preparación, capacidad de aprendizaje, entrega y lealtad al proyecto, en este caso al PSOE. El trabajo diario de este equipo, conseguirá ir conformando el perfil de las personas que llegado el momento, puedan configurar ser cartel electoral de avalada solvencia. Reconocer que estamos hablando de personas con legítimos intereses, por lo tanto, lo exigible es lealtad y fidelidad al proyecto.
Indudablemente, si este proceso se ha trabajado dentro del Partido Socialista Madrileño, ha dejado lagunas y llegamos al día de hoy, estando obligados perentoriamente a reclutar un buen candidato/a.
Experiencias positivas de este tipo tenemos dentro de la organización, véase el caso del Partido Socialista en Extremadura. Juan Carlos Rodríguez Ibarra, además del cambio que ha introducido en la sociedad extremeña, (gestión pública) la permanencia en el poder, también le lleva a trabajar dentro de la organización impulsando la creación de cuadros capaces de aunar en torno a la persona, la confianza de sus compañeros y compañeras, de tal modo, que la sucesión electoral para 2007, es puro trámite.
El resultado final, es que todavía no se conoce al candidato/a que va a competir en la carrera por alcanzar la alcaldía de la capital de España. Hay que reconocer que esta situación no es la normal dentro de una organización como la del Partido Socialista Obrero Español. La antigua Federación Socialista Madrileña, deja una complicada herencia al hoy, Partido Socialista Madrileño, cuya secretaría general preside Rafael Simancas. Hasta el punto - obligado recordar-, que hoy no se preside la CAM, debido a la deserción de dos diputados el día de la elección del presidente.
A la confusión interna socialista, hay que añadir la apuesta firme y decidida que el Partido Popular hace por ganar y mantener la Comunidad y Alcaldía de Madrid. Todo ello, provoca la necesidad de encontrar al mejor candidato/a con prestigio reconocido que ayude a recuperar las codiciadas plazas.
Llegados a este punto, es donde entran en juego las distintas maneras de trabajar dentro de una organización política. Independientemente de sí se está gobernando o en la oposición, y desde el más reducido municipio a la presidencia del Estado, siempre debe crearse un equipo de personas con preparación, capacidad de aprendizaje, entrega y lealtad al proyecto, en este caso al PSOE. El trabajo diario de este equipo, conseguirá ir conformando el perfil de las personas que llegado el momento, puedan configurar ser cartel electoral de avalada solvencia. Reconocer que estamos hablando de personas con legítimos intereses, por lo tanto, lo exigible es lealtad y fidelidad al proyecto.
Indudablemente, si este proceso se ha trabajado dentro del Partido Socialista Madrileño, ha dejado lagunas y llegamos al día de hoy, estando obligados perentoriamente a reclutar un buen candidato/a.
Experiencias positivas de este tipo tenemos dentro de la organización, véase el caso del Partido Socialista en Extremadura. Juan Carlos Rodríguez Ibarra, además del cambio que ha introducido en la sociedad extremeña, (gestión pública) la permanencia en el poder, también le lleva a trabajar dentro de la organización impulsando la creación de cuadros capaces de aunar en torno a la persona, la confianza de sus compañeros y compañeras, de tal modo, que la sucesión electoral para 2007, es puro trámite.
Resultado: Guillermo Fernández Vara, futuro presidente de la Junta de Extremadura.
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