Ambas televisiones lo que sí cumplen al pie de la letra es la propaganda política al servicio del Partido Popular. Y políticamente están siendo rentables para los gobiernos de Madrid y Valencia. Es decir, con dinero público de los contribuyentes de ambas comunidades, estos gobiernos impulsan y diseñan programas que les proporcionen ampliación y eco de los aciertos; maquillando y tamizando los errores.
Canal 9 entra en “quiebra técnica” con 1.200 millones de euros de deuda.
Telemadrid asume pérdidas históricas de audiencia y negocio.
Y al tenor de los resultados electorales están acertando. El líder y la lideresa, gracias al apoyo que reciben de la industria televisiva consiguen que el electorado elija al PP como partido preferente en las dos comunidades.
Ahora bien. Esta gestión deudora tiene que solucionarse. Mucho me temo que la medida pase por dos aspectos: despido y reducción de plantilla de los trabajadores; o la venta a empresas privadas a precio de saldo.
Denunciada esta situación, el Tribunal de cuentas debe actuar y no permitir que la deuda siga creciendo. Somos muchas las personas que reivindicamos una información seria y plural, sobre todo, si se hace desde una televisión pública.